Análisis del jabón de manos como símbolo de estatus
“Tienen amenities de Frédéric Malle!”. Este fue el comentario más extendido al salir del hotel durante un viaje de trabajo. Ni los sistemas de sonido Bang & Olufsen, ni el plumón de ganso de los edredones; lo que más nos agradó fueron los geles de baño, un detalle mucho más pensado de lo que parece: “Para que una firma entre en nuestro spa, tiene que pasar un proceso largo que acaba con la aprobación final en Hong Kong”, apunta Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, el espacio de bienestar del Mandarin Oriental Ritz Madrid.
Entre otras marcas, allí se ofrecen productos de Diptyque, derivados de “acuerdos puntuales y muy cuidados, la marca prefiere que el encuentro con su gama en estos espacios sea una sorpresa para el cliente”, indican desde la firma francesa. Y tanto que lo han logrado. La sensación se asemeja a reconocer un abrigo de The Row solo por su corte y su caída o a apreciar la excelencia de un vino sin que la anticipe el anfitrión. En un inesperado giro de guion, el jabón de manos se ha convertido en objeto de deseo para entendidos, elevado a símbolo de estatus y ofrecido como guiño de belleza y decoración a connaisseurs en los aseos mejor valorados.
El negocio del autocuidado
Según revela el estudio Cultura del bienestar: la esencialidad de la perfumería y la cosmética en España, realizado por Stanpa (Asociación Española de Perfumería y Cosmética) en colaboración con Kantar, la perfumería y la cosmética desempeñan un papel esencial en el bienestar personal y en el de la sociedad en su conjunto, poniendo en evidencia que no solo ayudan a mejorar nuestra imagen, sino que también refuerzan la autoestima, la confianza y la expresión personal, según 7 de cada 10 consumidores. “El jabón no solo es un producto de estatus o, en contraposición, de baja importancia; la categoría en conjunto ha evolucionado, erigiéndolo en un artículo esencial y de gran valor para los consumidores”, afirman desde Stanpa.
Y el jabón de manos se convirtió en un artículo de lujo
“Yo creo que ha pasado de ser un elemento simplemente funcional y de higiene a convertirse en algo que suma en el diseño de un espacio. Hemos extrapolado la tendencia de los amenities de los hoteles a los hogares, primando el diseño y la funcionalidad y combinándolos con velas o mikados para crear rincones decorativos que nos inviten a disfrutar con todos los sentidos”, reflexiona Virginia Gasch, alma mater del estudio de interiorismo VG Living. De ahí que “cada vez más firmas de lujo hayan apostado por este producto, elevándolo con fragancias exclusivas y complejas que reflejen su ADN”, añade. Un fenómeno que Aesop abandera desde 2006, el año que lanzó su célebre Resurrection Aromatique Hand Wash: “Fue un punto de inflexión para la marca, ya que convirtió un gesto cotidiano en ritual sensorial. Marcó el inicio de su expansión internacional y lo posicionó como símbolo de lujo discreto y buen gusto”, explican desde la firma australiana.
Una década después llegaron los de Le Labo o Dior, aunque hubo que esperar a la pandemia para que los jabones recibieran el gran impulso, cuando “la higiene de manos se hizo esencial en baños, cocinas y aseos”, afirma Gasch. De hecho, fue en 2020 cuando Diptyque relanzó su línea de cuidado para manos y cuerpo, L’art du soin, que vio la luz en 2009; y en 2021 nació la colección Bath Line de Loewe, con jabones líquidos y sólidos. Gracias a lanzamientos como estos, la pastilla de jabón ha llegado a considerarse también como un símbolo de autocuidado; una tendencia a la que se han adherido Chloé o Acqua di Parma de forma reciente.
El #sinkcore y más allá de las redes sociales
Finalmente, las redes sociales también han contribuido a su auge con el #sinkcore, en cuyos fotogénicos lavabos no pueden faltar una botella minimalista pero reconocible o una pastilla tallada que hable el lenguaje del lujo discreto. En Business Insider afirman incluso que los bolsos de firma se han vuelto tan caros que ahora la gente compra jabones de lujo en su lugar. Pero un gel de manos costoso dice mucho más de quien lo compra que un accesorio ostentoso con logo visible. Además, es preciso recordar que este tipo de productos representa la puerta de entrada perfecta al universo del lujo para nuevos clientes.
Nuria Cruelles, la perfumista de Loewe, señala que el éxito está en una apuesta por “el diseño, fragancias cuidadosamente seleccionadas e ingredientes botánicos que crean un producto deseable y distintivo. Además, nuestros valores de marca están presentes en cada detalle, lo que genera una conexión genuina con quien busca algo más que funcionalidad”. Y eso, según Paola Paganini, directora de producto e innovación en Acqua di Parma, es algo tan fastuoso como “experiencia y emoción”.
Los jabones de manos que se consideran un símbolo de estatus:
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