Hace 20 años, en nuestro país no existían unos estudios especializados que explicase de forma conjunta la industria de la moda y de la comunicación. Los diseñadores patrios, como Ágatha Ruiz de la Prada o Adolfo Domínguez, se encargaban de llevar el nombre de la marca España por el mundo. Como también comenzaba a hacerlo el grupo Inditex, poco antes de su gran expansión digital en 2007 a través del comercio electrónico. La moda nacional comenzaba a estar cada vez más presente pero había un vacío académico para aquellos interesados en trabajar en la intersección entre la moda y la comunicación.
Fue en 2004 cuando esta cabecera, un referente internacional en el sector, y la prestigiosa Universidad Carlos III de Madrid, unieron sus mejores cualidades para crear un máster nuevo. El título recibió el nombre de Máster VOGUE en Comunicación de Moda y Belleza. En sus inicios, el entonces Consejero Delegado de la misma, Javier Pascual del Olmo, explicó que este título “facilitaría a los futuros trabajadores una formación práctica, útil y sólida”. El plan para hacer cumplir este objetivo fue el siguiente: que profesionales en activo legaran su conocimiento a los alumnos, repasar la historia completa de ambos campos y aprender el oficio teniendo contacto con él en el mundo real.
El resultado de esta estrategia ha sido exitoso durante las dos últimas décadas. Al proyecto, como profesores, se han sumado figuras icónicas de la moda, como Anna Wintour, editora jefa de la edición estadounidense de la revista Vogue desde 1988, o Suzy Menkes, periodista y crítica de moda británica de renombre internacional. También de nuestro país, como los diseñadores Juan Vidal o Moisés Nieto, directores editoriales o de marcas de lujo. Incluso han ocurrido clases magistrales con figuras icónicas como David Delfín, Roberto Torreta o Palomo Spain.
Uno de los componentes más celebrados de todo el organigrama han sido las prácticas.Los alumnos han trabajado, como si de uno más se tratase, en las revistas de las distintas cabeceras, como esta misma, Vanity Fair o GQ. También en firmas como Chanel, Elizabeth Arden o Loewe. Y han encontrado con ello un camino profesional. Ejemplo de ello han sido figuras como la actual redactora jefe de moda de Vogue, Sara Hernando, o la presentadora Flora González. También en otras cabeceras u otros departamentos editoriales. El resultado ha sido la creación de una cantera de talento que, en gran parte de los casos, encuentra un hueco en la misma casa donde se formaron.