A finales de este mes, Vogue World 2025 tendrá lugar en el emblemático estudio Paramount Pictures de Los Ángeles. El espectáculo celebrará la rica relación entre el cine y la moda, y presentará el trabajo de diseñadores de vestuario de Hollywood de renombre como Colleen Atwood, Ruth E. Carter, Arianne Phillips, entre otros. Con motivo del gran acontecimiento (y en honor a Halloween) no hemos podido evitar pensar en el papel que ha desempeñado el diseño de vestuario en las películas de terror a lo largo de los años. Sin duda, cuando pensamos en grandes vestuarios de cine es fácil pensar en la moda más glamurosa o históricamente precisa, pero también hay creadores especializados en vestimentas más macabras que nos han brindado resultados igual de impactantes.
Para que una película de terror dé realmente miedo es imprescindible un buen vestuario (aunque una buena banda sonora y unos buenos efectos especiales también ayudan). Durante años, los diseñadores de vestuario han caracterizado a espeluznantes asesinos en serie –desde Ghostface hasta Michael Myers– e ideado originales diseños que permanecen grabados en nuestros cerebros (e incitan a algunos de nosotros a mirar debajo de la cama cada noche). Por ejemplo, Jason con su máscara de hockey o Freddy Krueger con su jersey de lana a rayas y sus cuchillos en los dedos. Ambos se hicieron realidad gracias a un diseñador de vestuario.
Uno de los asesinos en serie más emblemáticos hasta la fecha es el Ghostface de Scream. Cuando se estrenó la franquicia de Wes Craven en 1996, la diseñadora de vestuario Cynthia Bergstrom fue la encargada de concebir el traje original. Shew se inspiró en el cuadro clásico de Edvard Munch El grito, aunque en un momento dado, jugó con la idea de un atuendo totalmente blanco. «Pusimos a un amigo mío el traje blanco y parecía un Casper gigante», explica Bergstrom. La capa negra, más discreta, fue la elección perfecta, sobre todo para un asesino que a menudo acecha en las sombras.
Algunos de los mejores trajes del cine de terror han sido inesperadamente glamurosos. En American Psycho –con un vestuario dirigido por Isis Mussenden–, Christian Bale interpreta al ejecutivo Patrick Bateman, que durante el día luce elegantes trajes de Cerruti. Pero por la noche, ataca ferozmente a sus víctimas, que nunca se lo esperan debido a su impecable vestuario. «Tenía que estar perfecto», declaró Mussenden a principios de este año, con motivo del 25 aniversario de la película. Otro caso es **Midsommar **(2019), donde una retorcida secta sueca luce vibrantes tocados florales y vestidos cottagecore. Al verlos, nunca adivinarías que participan en rituales suicidas y se aprovechan de viajeros inocentes.
El estilo memorable de estas criaturas malignas está a la altura del que lucen las scream queens que logran sobrevivir. Ya sea la Tippi Hedren con traje de falda de Los pájaros o la Neve Campbell en vaqueros de Scream, los figurinistas de las películas de terror han creado personajes inolvidables que aún siguen apareciendo cada año en las fiestas de Halloween. Al igual que en cualquier otro género, estos profesionales utilizan la vestimenta de los personajes –incluso de los que luchan por su vida– como una forma de hacer avanzar la trama y evocar emociones.
Por ejemplo, el grueso jersey de J.Crew y los vaqueros con los que Bergstrom vistió a Drew Barrymore para la secuencia inicial de Scream. «Quería un look muy básico, algo que se pusiera cuando está en casa haciendo palomitas», dice Bergstrom. «Aasí que hice algo cómodo e informal». No se trataba solo de que la actriz luciese un look acogedor y chic, sino dar con un atuendo estratégico que nos haciera identificarnos al instante con su personaje: nos imaginamos literalmente en su lugar, incluso acosados por un asesino en nuestra propia casa.
Se podría decir que estos diseñadores de vestuario son unos de los héroes anónimos de Hollywood. Para ellos, los horrores y sustos espeluznantes también son arte. No es ningún secreto que las grandes entregas de premios han ninguneado durante mucho tiempo el género de terror (aunque esto parece estar cambiando poco a poco, gracias al reconocimiento que han recibido películas como La sustancia y Parásitos). Sin duda, el vestuario del cine de terror merece muchas más nominaciones. Los diseñadores no solo tienen que crear looks realistas y relevantes para la trama, sino también tienen evocar ideas que provoquen escalofríos.