Biológicamente hablando, la menstruación nunca llega sin avisar. Sin embargo, las señales que anuncian su llegada, como el fastidioso acné premenstrual, no siempre son bienvenidas. Entre los cambios de humor y la hinchazón, los granos son uno de los signos más frustrantes y visibles de que ya viene la regla. A medida que disminuyen los estrógenos y aumenta la progesterona, la tez se apaga y en empiezan a brotar granos y espinillas tan dolorosos como persistentes. Por eso, introducir cambios estratégicos en tu rutina – de cuidado de la piel y de estilo de vida– en los días previos a la menstruación suele ser una forma inteligente de prevenir estos brotes de acné. Dentro de todo lo que puedes hacer para sincronizarte con tu ciclo hormonal, te dejamos algunas ideas para combatir el acné premenstrual antes incluso de que aparezca.
Piel premenstrual
«La piel es un órgano difícil de tratar hasta en los mejores momentos, pero la semana anterior a la menstruación puede resultar especialmente complicada», afirma la Dra. Simran Deo, especialista en medicina de familia formada en el Reino Unido y especializada en dermatología y medicina del estilo de vida. En los días previos a la menstruación, los cambios hormonales desencadenan una cascada de cambios en la piel. El aumento de la progesterona aumenta la producción de sebo, hace que la piel se hinche ligeramente y obstruye los poros, sobre todo alrededor de la barbilla y la mandíbula, donde también influyen los niveles de testosterona.
Al mismo tiempo, la disminución de estrógenos debilita la barrera antiinflamatoria natural de la piel, volviéndola más sensible, más seca en algunas zonas y más grasa en la zona T. «El último cambio en la piel se produce justo antes de que llegue el periodo, entre el día 25 y el 28, debido a una brusca caída de los estrógenos y la progesterona. Esto provoca un aumento de la producción de sebo que lleva a la obstrucción de los poros y a la inflamación, desencadenando el clásico acné premenstrual que todas conocemos bien». La piel también se nota apagada, menos hidratada y más sensible, y las defensas bajan ligeramente, lo que hace que los brotes se curen más lentamente.
Más vale prevenir que curar
Rutina de cuidado de la piel
En este momento del ciclo, la piel entra en su fase más problemática: grasa en la zona T, pero seca, sensible y reactiva en el resto del cuerpo. Es un delicado acto de equilibrio. Opta por fórmulas que regulen el sebo, fortalezcan la barrera natural de la piel y calmen la inflamación –de forma suave pero eficaz– y evita empezar con nuevos activos agresivos durante esta fase. Esto es lo que hay que tener en cuenta
– Ácido salicílico para ayudar a desbloquear los poros y regular la producción de grasa, algo muy útil para evitar el acné premenstrual, aunque podría irritar las piel ya sensibilizada (especialmente si se usa en exceso o en altas concentraciones). «Utiliza concentraciones más bajas (0,5 a 1%) de ácido salicílico, de 2 a 3 veces por semana en lugar de a diario», aconseja. Opta por fórmulas suaves, como tónicos o serums, y no por exfoliantes fuertes. Aplícate siempre una crema hidratante que actúe como barrera.