Septiembre llega inequívocamente pidiéndonos que pongamos un poco de orden al desajuste que ha dejado la temporada estival y que tomes el control de tus finanzas. Durante unos meses, nos permitimos mirar para otro lado y disfrutar de todo aquello que nos trae el paréntesis laboral: menos responsabilidades, más disfrute y el augurio de que en el nuevo curso retomaremos las riendas. Aunque si hay un área de nuestra vida que se ve especialmente tocada en verano, son nuestras finanzas, ya de por sí desatendidas, lo que hace de la rentrée el momento idóneo para revisar hábitos, replantear objetivos y tomar decisiones con una mirada más estratégica.
No hay más que mirar los datos para entender el impacto económico del verano. Según el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum España, más de la mitad de los hogares españoles reconoce tener dificultades para llegar a fin de mes tras el periodo vacacional, en muchos casos por haber recurrido a financiación para costear los gastos de ocio y viajes. A esto se suma que, de acuerdo con los últimos datos del INE, el gasto medio de los residentes en viajes de ocio alcanzó los 356,4 € por persona en 2025, un 9,3 % más que el año anterior. Si añadimos la llamada “cuesta de septiembre”, con un desembolso escolar que en algunos hogares supera los 500 € por hijo, queda claro por qué este mes se convierte en un momento decisivo para reorganizar la economía doméstica.
Todas las tendencias de oficina que no pararás de ver este otoño-invierno 2025-2026:
La experta en finanzas, Celia Rubio, nos recuerda que el mayor error es mirar hacia otro lado. “Venimos con la tarjeta cargada y, en lugar de comprobar, seguimos gastando igual”, y recalca que el típico ejemplo es financiar la ‘vuelta al cole’ sin haber cerrado todavía los gastos de vacaciones. “El resultado: arrastramos deudas hasta diciembre. La solución pasa por frenar un momento, chequear, y si es necesario, dedicar dos o tres meses a recomponer las cuentas antes de volver a gastar como si nada, y sobre todo, implementar hábitos distintos. Si nada cambia, los resultados seguirán siendo los mismos”.
El problema es que, si no tenemos una buena educación financiera y no estamos acostumbradas a llevar un control de lo que gastamos, puede que tengamos dudas sobre cómo empezar. Rubio sostiene que el primer paso sería hacer una radiografía financiera. Es decir, mirar con calma en qué se nos ha ido el dinero durante los últimos meses, incluyendo un mes previo a vacaciones y uno del periodo vacacional. Solo así podremos ver con claridad cuáles son nuestros hábitos reales de consumo, detectar excesos y poner orden.
Una vez contamos con ese mapa, ajustar el rumbo es mucho más sencillo, señala la autora del libro ‘Hazlo bien con tus inversiones’ (Ediciones Deusto). “Para ello, lo primero que haremos será crear un presupuesto en el que dividamos nuestros gastos en al menos 3 partidas básicas: gastos básicos, lujos, ahorro e inversión”, e insiste en que septiembre es un mes perfecto para analizar en qué se nos ha ido el dinero y reconducir la situación antes de que termine el año.
De la motivación al hábito: claves para cambiar tu relación con el dinero
Si bien es cierto que la vuelta a la rutina puede ser un periodo de desafío, también solemos asociarlo con un impulso de nuevas oportunidades, de repasar nuestros propósitos y de reflexionar acerca de esas metas que nos hemos fijado a principio del año. Sostener esta motivación inicial no siempre resulta fácil, aunque, como indica la experta, “un objetivo claro cambia tu relación con el dinero. No es lo mismo decir ‘quiero ahorrar más’ que decidir ‘quiero ahorrar 1.200 € antes de fin de año’. Cuando ponemos cifra a nuestros sueños, dejan de ser abstractos y se convierten en metas alcanzables”.