Nos recuerda que durante esta etapa, el paladar de la mujer se vuelve un poco más goloso, además le cuesta sentirse saciada, todo está relacionado con el descenso de los estrógenos, lo que favorece al aumento de peso y que sea de predominio abdominal. Pero al margen de la edad, la genética y el fenotipo, que no podemos modificar, Sánchez propone varias estrategias relacionadas con el estilo de vida, que pueden mejorar nuestra grasa abdominal. “Es fundamental un programa de alimentación con déficit calórico bien calculado, es decir, ingerir menos energía de la que gastamos, para que nuestro metabolismo eche mano de la grasa acumulada como fuente de energía”, aunque como hemos dicho antes, ojo con las dietas restrictivas que ponen al cuerpo en modo de ahorro energético.
En este sentido, Paula Valiente, nutricionista de Palasiet Wellness Clinic & Thalasso, explica que aunque lo más determinante es el exceso de calorías, no todos los alimentos nos afectan de la misma forma. “Los ultraprocesados, como bollería, snacks, refrescos o comidas rápidas, tienden a elevar bruscamente la glucosa en sangre, lo que genera un pico de insulina, la hormona encargada de almacenar esa energía. Cuando este proceso ocurre con frecuencia, favorece especialmente la acumulación de grasa abdominal. Además, este tipo de alimentos son poco saciantes, muy densos en calorías y fáciles de consumir en exceso, lo que complica aún más mantener el equilibrio energético”.
La endocrina coincide y añade el consumo de alcohol y tabaco, como dos de los factores que mayor impacto tienen en nuestra salud. “El alcohol tiene un efecto tóxico sobre el hígado, lo inflama (hepatitis) favoreciendo el acúmulo graso (hígado graso). Además, las calorías que aporta no hacen al músculo más fuerte o a los huesos más resistentes, al contrario, no tienen valor nutritivo. Se les conoce como ‘calorías vacías’ y el cuerpo las traduce en grasa visceral”.
Valiente propone tener el plato Harvard como referencia para facilitarnos la organización de las comidas, donde un 50% del plato deben ser verduras, un 25% de carbohidratos de calidad y un 25% de proteínas. “En Clínica Palasiet seguimos la filosofía de la dieta mediterránea (la original) combinada con nuestro método de los 5 pilares, donde una de las claves es comer en equilibrio y que la base sean siempre alimentos saludables y nutritivos. Practicando ese concepto la mayor parte del tiempo, te va a ayudar a evitar excesos, además de estabilizar el metabolismo”.
Ejercicio físico y un buen descanso
Para acelerar el metabolismo debemos implicar a la masa muscular. A mayor masa muscular, mayor gasto. “Con la edad se pierde músculo en cantidad y en calidad, por eso es clave entender la importancia de la actividad física diaria. Rutinas combinadas de cardio y fuerza son la mejor estrategia”, apunta la endocrina y recomienda ir al trabajo en metro, subir escaleras, dar un paseo suave tras la comida, o ir a la compra andando y volver con las bolsas a casa.