Cosmética sensorial: una experiencia de belleza 360º
No es casualidad, ni mucho menos, que la sensorialidad de nuestros cosméticos prime cada vez más a la hora de decantarnos por una u otra fórmula. “En los últimos años, hemos observado una evolución en la forma en que los consumidores se relacionan con el cuidado de la piel. El tiempo dedicado a este proceso se está convirtiendo en algo esencial, un auténtico momento de bienestar que valoran. Ahora esperan que dicha tarea sea inmersiva, un momento de placer, y las marcas de belleza tenemos un papel clave para satisfacer estas nuevas expectativas”, opina Tanesha Naiken, directora de Comunicación Científica de Givenchy Beauty.
Cosmética coreana: la de los cinco sentidos
Y es que, en un mercado tan saturado como es el de la belleza, los aromas, texturas e incluso sabores escalan puestos en nuestra lista de prioridades, marcando la diferencia y convirtiendo nuestra rutina en una experiencia para el deleite de los sentidos. Prueba de ello es la imparable popularidad de la cosmética coreana, que no hace más que testificarlo con su facturación millonaria y su viralidad en el medidor de tendencias de la generación Z: TikTok. Una cultura arraigada como pocas al cuidado facial, que triunfa en nuestro país por su concepto de ‘prevenir antes que curar’ y su foco en la neurocosmética. “Si algo caracteriza a la cosmética coreana es que cuenta con texturas muy agradables que se adaptan prácticamente a cualquier tipo de piel, además de aromas y packagings pensados y diseñados para llamar la atención, y que el tiempo que cada persona dedique a su rutina pase a ser un instante de paz y relajación. En Corea no ha habido un momento en el que la cosmética no fuera neurocosmética, fueron de la mano siempre y así sigue siendo”, cuenta Lilin Yang, fundadora y CEO de MiiN Cosmetics –principal distribuidor de cosmética coreana en nuestro país–, a propósito de esta simbiosis entre ciencia y belleza.
Productos que promueven la sensación de bienestar, o la importancia de la cosmética sensorial
Una fusión con mucho sentido a la luz de los numerosos estudios que demuestran la profunda conexión que existe entre la piel y el sistema nervioso.“Con una increíble red de 800.000 receptores sensoriales, la piel reacciona a todo lo que entra en contacto directo con ella. Cada estímulo provoca una reacción que desencadena una conversación con el cerebro mediante el sistema nervioso”, aclara Antonio Rosique, formador de Shiseido, a propósito de la importancia de las texturas en neurocosmética. La psicóloga clínica y coach ejecutiva, Pilar Guerra Escudero, lo explica así: “La neurocosmética se basa en el uso de productos con activos que pueden estimular la producción de neurotransmisores o mejorar la comunicación celular. Al aplicarlos no solo mejoramos la salud y apariencia de la piel, también influimos en nuestro estado de ánimo, reduciendo el estrés y promoviendo la sensación de bienestar”.
Quizá, el ejemplo más claro de esta conexión sea la estrecha relación entre el nervio olfativo y el sistema límbico, parte del cerebro que maneja las emociones y los recuerdos. “No somos conscientes de la importancia que los aromas tienen a la hora de potenciar nuestro estado anímico. De hecho, damos más valor a lo que vemos que a lo que olemos, y debemos saber que nuestro cerebro tiene la capacidad de recordar hasta el 35% de lo que huele y solo el 5% de lo que ve. Somos capaces de volver a momentos felices de nuestra vida por un olor, o recordar a personas clave para nosotros con tan solo reconocer su perfume”, añade la esteticista Carmen Navarro, directora de los centros de belleza homónimos y precursora de las técnicas de belleza orientales en España.
Aromas terapéuticos
Un cuidado holístico y global que pasa por la conocida como aromaterapia. “Fragancias como la lavanda, el jazmín o la bergamota son conocidas por sus propiedades relajantes. La lavanda, por ejemplo, ha sido ampliamente estudiada y se ha demostrado que reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que induce una sensación de calma”, cuenta Guerra en una conversación que no se entiende sin mencionar el efecto de los aceites esenciales, empleados con finalidades terapéuticas desde tiempos ancestrales. “Se utilizan para mejorar el bienestar físico y mental. Además del efecto calmante de la lavanda, tienen muchas otras propiedades, como la analgésica del incienso, la antiinflamatoria de los cítricos o la estimulante de la albahaca. Otros, como el de la menta, pueden aliviar el dolor de cabeza y mejorar la concentración. Su aplicación tópica permite que estos activos penetren en la piel, ofreciendo beneficios locales y sistémicos”, concluye la experta en referencia a una belleza que se celebra –y se disfruta– con los cinco sentidos.
Este tema fue publicado originalmente en el número de julio de 2024 de Vogue España.