Cristóbal Icaza (Amantis): “Al entrar en nuestra tienda erótica, la gente hace un acto de valor” | Fortuna

El sector de los productos eróticos no suele acaparar los titulares. No obstante, la industria que vive de ayudar a satisfacer los deseos más humanos ha evolucionado mucho. Cristóbal Icaza, economista de formación y consejero delegado de Amantis, pilota esta cadena con 11 tiendas físicas en España, una online, un almacén y cinco millones de facturación. En la actualidad, cuenta con 635.000 clientes registrados. Puede que el erotismo no genere muchas portadas, pero eso no significa que no tenga… su público.

Pregunta. Como economista, ¿se dedicó al negocio erótico porque detectó un desequilibrio entre oferta y demanda?

Respuesta. En realidad Amantis es una sociedad familiar. El que tuvo la visión fue mi padre. Él observó que había una carencia en el mercado. Hablamos del año 1998. Había unos lugares bastante lúgubres pero que tenían productos que podían ser interesantes. Eran los únicos sitios en los que se vendían productos eróticos. Ahí tuvo la idea adelantada a su tiempo de abrir un espacio normal pero con artículos eróticos. Yo justo estaba terminando la carrera y entré a echarle una mano con la parte de internet.

P. ¿Cómo va el negocio? ¿Cuál ha sido la evolución en los últimos seis años?

R. En los últimos seis años ha cambiado mucho la cosa. Para contar lo que ha pasado me tengo que ir a un poco más atrás. Empezamos con esta idea innovadora y costó que la gente la fuera entendiendo. Los que querían ir a un sex shop no encontraban un sex shop al uso y el resto de gente no tenía interés. Con suerte, se fue avanzando con el paso del tiempo gracias a varios hitos. En 2019 teníamos seis tiendas y la venta online y entonces llegó la pandemia. Por un lado, tuvimos que cerrar las tiendas físicas. Por otro lado, a la gente le dio más tiempo a estar con ellos mismos. Eso, añadido al gran hito que fue el efecto satisfayer, consiguió que las ventas aumentaran cuando se acabó la pandemia y pudimos volver a abrir las tiendas. Hoy tenemos 11.

P. ¿Cuáles fueron esos hitos que hicieron avanzar el negocio?

R. El primero que nos hizo crecer mucho fue la sexóloga Lorena Berdún. Ella tenía un programa en Los 40 Principales y nosotros empezamos a colaborar con ella en ese concepto de divulgación. Es una crack. La fichó TVE y montó En tu casa o en la mía y tuvo gran éxito. Estábamos de la mano con ella y el sector consiguió más visibilidad. Años después llegó Sexo en Nueva York y todo el mundo quería tener el emblemático conejo de la serie. Esos escalones fueron haciendo crecer el mercado, en una senda que sigue siendo creciente. Luego llegó 50 Sombras de Grey y fue todo un bum.

P. Es curioso cómo la expansión se relaciona con hitos culturales.

R. Va totalmente de la mano. Los prejuicios y el concepto de sexualidad va evolucionando con la cultura y lo que aparece en los medios. En 2019 llegó el efecto de los succionadores de clítoris. En España fue un bum especialmente revolucionario ya que puso en boca de todos la sexualidad femenina. Pero igual que pasó con 50 Sombras de Grey, cuando el bum acaba, es normal que el negocio baje un poco. Por otro lado, esa mayor exposición del sector atrae a más competidores y hace que el sector sea más complicado.

P. Hablando de la competencia, ¿cómo os defendéis de ella?

R. Nuestro fuerte es que tenemos las tiendas físicas, que tenemos actividades, que los clientes se llevan una experiencia. Es algo totalmente diferente. En internet hay muchísima competencia y actualmente, te encuentras juguetes eróticos en tiendas que hace unos años hubiera sido totalmente impensable. En internet es frecuente que crezca la competencia y por suerte tenemos esas tiendas físicas en las que ofrecemos un buen servicio de acogida al cliente. Hemos notado un decrecimiento después de 2020 en la parte online, pero nos hemos defendido bien en la parte física con una evolución positiva.

P. Entrando en materia… ¿Qué productos son los más demandados? ¿Han ido cambiando con los años, dependen de la época del año o más o menos siempre se mantienen los mismos?

R. Vendemos muchísimos lubricantes. En 2007 decidimos sacar una línea de lubricantes propios. Fue un gran acierto. Teníamos el conocimiento de otros lubricantes que vendíamos y sabíamos cuáles eran buenos y cuáles eran sus defectos. Con un laboratorio español desarrollamos nuestra gama. En este tiempo, solamente con los tres lubricantes más vendidos hemos llenado cinco piscinas olímpicas. Como un producto que combina con los juguetes eróticos, pues sigue siendo la estrella. Los succionadores de clítoris son productos con gran demanda, aunque como te digo, ya no es como la locura de 2019. Luego hay grandes clásicos que no pasan de moda como productos realistas de aspecto tradicional. También se han vendido productos con aplicación de móvil.

P. ¿Productos con aplicación?

R. El tema de las aplicaciones es interesante. La tecnología ha ido evolucionando. Cuando nosotros empezamos no se usaba la silicona. Los juguetes iban a pilas, las cajas y los materiales no eran los mejores. Los productos eran más rudimentarios. La tecnología ha hecho que los juguetes sexuales hayan evolucionado mucho.

P. En la era de Amazon, donde todo se puede comprar con un clic anónimo, ¿cuál es la función de una tienda erótica física en 2025?

R. Lo que aporta es esa experiencia de compra en la que puedes hablar con alguien, ver los productos, plantear tus dudas. Abrirte si quieres contando las experiencias que has vivido. La gente que trabaja en nuestras tiendas pasa un proceso de formación. Es muy importante su función. Lo que marca la diferencia es la experiencia del cliente. Para eso hay que tener un interés natural. También se les transmite la filosofía de Amantis para lograr ese ambiente agradable en nuestras tiendas, permitiendo la comunicación de temas íntimos. Es normal. Los clientes siempre salen muy ilusionados, pero al entrar en nuestra tienda muchas veces la gente está haciendo un acto de valor.

P. ¿Por qué?

R. Porque tienen vergüenza o una serie de prejuicios.

P. ¿Tenemos vergüenza de nuestra sexualidad?

R. Parte de nuestra filosofía es conseguir esa conexión entre el placer y la dignidad humana. Para nosotros, el deseo es una forma de autoconocimiento. Eso es algo muy positivo. El bienestar sexual para nosotros es una pieza fundamental y es una de nuestras misiones.

P. ¿Tiene la compra de un producto erótico una parte de aceptarse a uno mismo?

R. La sexualidad y los juguetes eróticos pueden ser una herramienta perfecta para conocerte mejor. Durante siglos, ese conocimiento en la sociedad ha estado mal visto y ha sido una cuestión tabú. Nuestros productos forman parte de esas herramientas que uno puede tener para conocerse mejor. El proceso de conocimiento puede ser a solas o acompañado. Hay una falsa creencia del pasado que decía que los juguetes eróticos están enfocados para gente sin pareja.

P. ¿De verdad?

R. Sí. Fíjate en cómo se llamaban algunos de esos productos. Esa manera de llamar consoladores a los juguetes eróticos tiene un aspecto peyorativo, de decir que esa persona no tiene otra alternativa. Nosotros siempre hemos luchado para que los artículos eróticos sean un complemento para el disfrute, tanto en pareja, como de uno mismo.

P. ¿Cómo es el cliente medio de sus productos?

R. Hay de todo. Nunca sabes quién va a entrar por la puerta, y cuando entra alguien, es probable que te equivoques respecto a lo que crees que va a pedir. Ha habido una evolución a lo largo de los 27 años. La mujer ha entrado mucho más en este mercado. Actualmente tenemos más clientas que hombres. Antes había quizás más hombres y menos mujeres. Ha habido una evolución de aceptación ligada a ese proceso de darle importancia a la sexualidad femenina y de cómo ha ido ganando terreno el bienestar sexual femenino.

P. 50 Sombras de Grey salió en 2011, ¿notó un mayor interés por el tipo de prácticas de dominación que reflejaban los libros a medida que se popularizaban?

R. Se dispararon las ventas de esposas.

P. ¿Por qué cree que se da esta relación entre un producto cultural con una forma de ver el sexo determinada y un auge de demanda directamente relacionado con él? ¿Vemos y queremos o nos da ideas?

R. Yo creo que en realidad lo que ha pasado es que este sector siempre ha estado muy escondido. Ha ido saliendo del armario poco a poco. Ese proceso generaba una distorsión, porque en realidad siempre ha habido un gran interés por parte de la sociedad hacia el mundo de la sexualidad. Como estaba oculto, eso también contribuyó a que aumentara el interés.

P. Sabemos que la IA está en todas partes, ¿está también en los juguetes eróticos?

R. Existe alguno. A mí me parece que es simplemente una moda a la que alguien se ha querido sumar. En este momento no hay nada en el mercado. Se lleva hablando de la robótica y la gran tecnología desde que empezamos. En realidad muchas veces, no sé si siempre es necesario. No han tenido el éxito comercial que se esperaba. Los productos con app por ejemplo tienen su demanda, pero desde mi punto de vista no han sido una revolución. Por ejemplo, sí ha habido grandes revoluciones como los succionadores que abrieron una nueva categoría.

P. ¿Qué es más erótico, algo muy tecnológico o la imaginación?

R. La imaginación es lo más erótico que hay. Leí el otro día que, en el sexo, los 16 centímetros más importantes son los que hay entre oreja y oreja y tiene razón. Que la imaginación sea lo más erótico no quiere decir que los accesorios sobren. Al revés. Tú cuando entras a una tienda es tu imaginación la que está pensando cómo te puede hacer disfrutar un producto. Esa es una parte muy importante para encontrar el producto adecuado.

P. Si alguna vez inventan robots hiperrealistas con IA capaces de satisfacer con éxito los deseos sexuales, ¿sería el fin de su negocio, además de, probablemente, el fin de la humanidad?

R. Si eso pasase, seguramente sería una oportunidad para hacer negocio. Pero yo no creo que el interés del mercado vaya a ser exagerado en lo que a robótica e IA se refiere.

P. ¿Crees que ese robot hiperrealista no triunfaría?

R. Es que ya existen algunos productos super realistas y tienen una clientela muy pequeña que no es significativa.

P. ¿Por qué crees que no es un mercado significativo? ¿Hay algo que los robots no puedan aportarnos en el fondo?

R. Yo creo que se mantendrá en un nicho muy pequeño porque ya desde hace tiempo existen y he visto que no tienen una demanda muy grande. También son productos muy caros. No creo que la gente se vaya a gastar más de 1.500 euros en una muñeca o muñeco. Prefieren gastarse 50 euros en otros productos para usarlos con humanos.

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Farándula y Moda

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Sáb Jul 26 , 2025
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