Cuánta agua hay que beber al día
Últimamente no dejo de pensar en la hidratación o, mejor dicho, en la falta de ella. Hace poco, me puse muy enferma con algún tipo de virus, y basta con decir que no era de los respiratorios. Os ahorraré los detalles escatológicos, pero después de un par de días de perder más líquido del que podía reponer, tuve que ir a urgencias. «Estoy dolorida, agotada, floja y también un poco confusa y triste», le dije a la doctora mientras me pinchaba el brazo para ponerme una vía intravenosa de suero. «Es por la deshidratación», asintió. “Afecta literalmente a todo. Con esto, te sentirás mejor”. Una hora y 1.000 ml de líquido rehidratante después, tenía razón: me sentía mejor. No como nueva, pero desde luego no tan dolorida ni débil ni cansada y, afortunadamente, tampoco en lo más hondo de la desesperación. Fue magia. Tanto, que me hizo reconsiderar si me hidrataba lo suficiente todos los días. No solo por mi bienestar físico, sino también mental y emocional.
Cuando se trata de la cantidad de agua que debes beber al día, probablemente hayas memorizado esta regla de hidratación: beber ocho vasos al día. Es una de esas pautas de salud omnipresentes que llevamos grabadas en el cerebro desde el principio de los tiempos, junto con la de los 10.000 pasos y las ocho horas de sueño. También es, admitámoslo, sospechosamente específica. Al fin y al cabo, el cuerpo de cada persona es único; todos tenemos formas y alturas distintas, vivimos en lugares diferentes y realizamos actividades diferentes. ¿Puede haber una sola norma válida para todas nuestras necesidades individuales de hidratación?
«La deshidratación puede causar mareos y dolores de cabeza, pero también puede afectar al estado de ánimo, la memoria y las habilidades motoras», explica April Panitz, nutricionista de Nueva York y cofundadora de Amenta Nutrition. «Necesitamos agua para que todas nuestras células y sistemas funcionen correctamente. El agua es esencial para la vida«.
¿Cuáles son los signos de la deshidratación?
Por supuesto, no tienes por qué esperar a tener que ir a urgencias para saber si estás deshidratada y, de hecho, por favor, no lo hagas. Hay formas mejores y menos traumáticas. La más sencilla es echar un vistazo antes de tirar de la cadena: «La orina pálida y de color amarillo claro indica que estás hidratado, mientras que la de color amarillo oscuro o ámbar puede significar que estás deshidratado», explica Panitz, aunque señala que ciertos medicamentos, suplementos y alimentos pueden afectar al color de la orina. Para ello, recomienda controlar también la frecuencia con que se va a orinar: «Hay que ir entre cinco y siete veces al día», dice.
También es buena idea vigilar otras funciones corporales: «Hay varios síntomas de ingesta insuficiente de líquidos, como sequedad de boca, labios, mucosas secas, dolor de cabeza, ojos secos o hundidos y estreñimiento», explica el Dr. Michael Hartman, científico especializado en nutrición.