Un muy buen momento profesional, pero al que no ha llegado por casualidad. Glen Powell comenzaba su andadura en la pantalla siendo tan solo un niño. Un trabajo de fondo de casi una década como extra y secundario en producciones como Spy Kids hasta que, en 2013, Scream Queens lo colocaba en el foco. Sin ningún tipo de problema, interpretaba en la serie de Ryan Murphy que ya es de culto a Chad Radwell, el guaperas oficial del instituto, novio de Chanel Oberlin y un personaje que no ponía demasiadas trabas a que sus compañeros del equipo de rugby se acostaran entre ellos. Fue ahí cuando dio muestras de su talento para la comedia más gamberra y la serie el trampolín desde el que saltar a una lista de blockbusters que lo han colocado donde está hoy. Powell parece genuinamente simpático y prácticamente todo el mundo se alegra de su éxito. “No soy consciente de nada de eso e intento que no me afecte lo más mínimo. Un día te quiere todo el mundo y al siguiente sucede lo contrario así que solo hago películas que a mí me gustaría ver”, contaba en una entrevista a comienzos de año con la edición estadounidense de Vogue.
En los meses que están por llegar, Glen Powell prepara el salto definitivo al cine más serio, esa condición imprescindible en Hollywood para construir una carrera sólida. Protagoniza Monsanto, un thriller judicial que pone al polémico conglomerado de agroquímica que le da título en el centro de la trama; estará en la próxima película del celebrado Edward Wright, The Running Man, y estrenará Huntington, una comedia negra junto a Margaret Qualley que produce A24, probablemente uno de los sellos más respetados de cuantos existen a día de hoy en Hollywood. Desde luego, parece que el fenómeno Glen Powell no ha hecho más que despegar.
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