Los beneficios del diente de león, la planta silvestre que es buena para el hígado, la digestión y la retención de líquidos
Nos pasa a todos: una copa de más, una cena copiosa y salada y, a la mañana siguiente, nos despertamos con la cara y los ojos hinchados. Por no hablar de la hinchazón abdominal y a veces incluso de tobillos. Para drenar los líquidos retenidos en los tejidos en un tiempo récord, existe un remedio natural de la abuela realmente eficaz, que es también el más utilizado por las modelos antes de una sesión de fotos o de un desfile de moda: tomar diente de león, en forma de infusión o de suplemento, es una auténtica panacea contra la inflamación de la cara, pero también de todo el cuerpo.
¿Qué es el diente de león y para qué se utiliza?
El diente de león, de nombre científico Taraxacum officinale, es una planta herbácea perenne de la familia de las Asteráceas que crece en todo el globo, caracterizada por sus flores de color amarillo vivo. Rica en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes como los polifenoles y el betacaroteno, esta humilde planta silvestre con diversas propiedades para la salud se utiliza desde hace siglos en la medicina tradicional (incluida la china) para favorecer, entre otras cosas, la salud del hígado, el corazón e incluso la piel.
Las propiedades del diente de león
- Rico en flavonoides y potasio, combate la retención de líquidos y ayuda a eliminar el exceso de agua
- Rico en fibra e inulina con efectos prebióticos, facilita la digestión y equilibra el microbioma intestinal
- Tiene una acción depurativa y combate la intoxicación por abuso alimentario
- Desintoxica el hígado
- Combate la hinchazón y la pesadez de piernas
- Combate la formación de celulitis
- Combate el estrés oxidativo gracias a su alto contenido en antioxidantes
- Tiene propiedades antiinflamatorias
- Ayuda a regular el azúcar en sangre
- Puede reducir los niveles de triglicéridos y colesterol malo (LDL)
- El extracto de raíz de diente de león puede ayudar a la renovación celular de la piel, estimular la producción de colágeno y reducir la inflamación, previniendo el acné
Contraindicaciones
El diente de león no está recomendado en casos de:
- Enfermedades hepáticas
- Cálculos biliares
- Gastritis
- Úlcera péptica
- Durante el embarazo y la lactancia
Cómo consumir la planta de diente de león
Para quienes viven en el campo, el diente de león es una planta familiar: crece silvestre en campos y praderas. Son comestibles tanto las típicas hojas dentadas de la planta –ricas en nutrientes y que pueden cocinarse como cualquier verdura de hoja verde, crudas en ensaladas, hervidas o salteadas–, como las flores, los capullos e incluso las raíces. También se prepara café molido de diente de león a partir de las raíces, una alternativa sin cafeína al café clásico. En la ciudad, el diente de león puede adquirirse en herbolarios y tiendas de alimentación, ya sean suplementos en gotas, cápsulas o comprimidos, o bien polvo de raíz u hojas secas para la preparación de infusiones, decocciones y tisanas.
La receta de la tisana de diente de león
Pon 1-2 cucharadas de hojas secas de diente de león en una tetera. Calienta el agua y, cuando empiece a hervir, viértela en la tetera. Déjala reposar de 5 a 10 minutos y cuélala con un colador mientras viertes la tisana en la taza. Debido al sabor amargo del diente de león, puedes endulzar la tisana con miel o un edulcorante natural como el eritritol.
Para preparar la tisana, puedes utilizar tanto las hojas secas a granel o en bolsitas, como la raíz de diente de león. El resultado es una decocción drenante, depurativa, anticelulítica, hepatoprotectora y antiinflamatoria.
Suplementos de diente de león: cuál elegir
- Tintura madre: Se utiliza principalmente para depurar el organismo, estimular el hígado y drenar el exceso de líquido. Suele recomendarse (pero la prescripción varía según los casos) 40-50 gotas entre las comidas 3 veces al día.
- Comprimidos de extracto seco: se toman normalmente una o dos veces al día, fuera de las comidas (por la mañana en ayunas, por ejemplo) y con abundante agua, para (entre otras cosas) desinflamar, drenar, desintoxicar y prevenir trastornos cutáneos como el acné, los eczemas y la psoriasis.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.it