Dolor de cabeza: ¿cómo afectan los cambios del verano?
Puede que el verano no sea el mejor aliado para quienes sufren migrañas o fuertes dolores de cabeza de forma habitual. Al mismo ritmo que suben las temperaturas, lo hacen también las cefaleas intensas. No es solo cuestión de pasar calor o de que –por lo general– el tiempo medio de exposición solar aumenta, ya sea en la arena de la playa o en la tumbona de una piscina. La temporada estival conlleva cambios climatológicos, pero también otros ligados al estilo de vida de cada uno. Jornadas intensivas en el trabajo que alteran los horarios habituales o, por el contrario, estar fuera de casa y hacer un paréntesis de nuestras dietas o rutinas del día a día. El verano sigue otro tempo y, en efecto, el cuerpo también nota las consecuencias.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) asegura que, entre los factores desencadenantes de las migrañas, se encuentran el calor y la luz brillante. En verano ambos están mucho más presentes y, según nos cuenta el Dr. Luicel Martínez Arias, jefe del servicio de Urgencias del Hospital Vithas Almería, “las altas temperaturas pueden causar vasodilatación, lo que aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y, por tanto, puede provocar cefaleas”. De hecho, según nos explica la Dra. Cristina Fernández, jefa del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, los mecanismos de vasodilatación suelen producir muchos de los dolores de cabeza: “Los vasos sanguíneos aumentan de diámetro, y las temperaturas elevadas tienen precisamente este efecto”.
Horarios de sueño irregulares: un factor determinante
Aumentan las temperaturas, pasamos más horas al sol, la luz es mucho más brillante que en otras épocas del año y, a su vez, estas variables pueden causar deshidratación. Todos estos factores favorecen la aparición de dolores de cabeza. “Además, el golpe de calor, que puede incluir síntomas como náuseas y visión borrosa, también es un factor de riesgo para la cefalea”, añade Luciel Martínez. Sin embargo, en verano existen otras causas que aparentemente puede que no relacionemos con este malestar. “Es el caso de los cambios en la rutina, especialmente en los horarios de sueño, pueden contribuir a la aparición de dolores de cabeza”, asegura Martínez.
Estas alteraciones en el ciclo del sueño, además, según nos cuenta Cristina Fernández, “afectan al equilibrio hormonal y a los ritmos circadianos, que es lo que provoca que aumente la susceptibilidad a las cefaleas”. Por otro lado, el calor también puede dificultar conciliar el sueño y modificar esas horas que acostumbramos a dormir habitualmente. Además, si eres de dormir con la ventana abierta (que a veces es inevitable hacerlo en verano) puede que despiertes antes de lo esperado e, independientemente de esto, el profesional de Vithas afirma que, “la exposición prolongada a la luz solar puede hacer que nos despertemos más temprano y que no completemos nuestras horas habituales de sueño. ¿Las consecuencias? Posibles fatigas y dolores de cabeza.
Otros factores: estrés y cambios en la dieta
Por otro lado, Cristina Fernández añade el estrés procedente de actividades veraniegas –tales como preparar un viaje o hacer maletas, por ejemplo– como otro de los factores que contribuyen al aumento de dolores de cabeza. Porque, aunque parezca contradictorio, desconectar de la rutina en verano nos puede hacer enfrentarnos a algunas tomas de decisiones estresantes. “Las alteraciones en la dieta y el consumo de alcohol, junto con las alergias estacionales y los cambios en la presión atmosférica, pueden provocar más dolores de cabeza en esta época del año”, continúa explicando la doctora.
Mantenerse hidratado: un must
Una de las recomendaciones más habituales para intentar evitar los dolores de cabeza en verano (y durante todo el año), además de utilizar protección solar adecuada y no estar en exposición directa al sol, es mantenerse bien hidratado. “La deshidratación es un desencadenante común de cefaleas, y beber suficiente agua ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, evitando así que se presenten dolores de cabeza por deshidratación”, asegura el doctor Martínez. Cristina Fernández aconseja beber 2,5 litros al día “muchas veces y en pequeñas cantidades”. El dolor de cabeza por falta de hidratación es uno de los primeros síntomas de insolación o deshidratación, por eso “es importante mojar frecuentemente la frente y el cuello es otra de las pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para prevenir el dolor de cabeza por el calor”, añade la doctora.
Otros consejos para disminuir los dolores de cabeza en verano
Otras de las recomendaciones que nos indican los expertos (además de las ya mencionadas) para intentar disminuir las cefaleas durante la temporada estival son las siguientes:
#1. Mantener una rutina de sueño regular. “Y, si es necesario, echar una pequeña siesta (10-15 minutos) sentados en un sillón o en el sofá”, recomienda Fernández. Además, recuerda que es importante descansar en lugares frescos y bien ventilados para bajar la temperatura corporal.