El alimento probiótico que incluyen en sus cenas japonesas y coreanas: encurtidos
Volvemos a mirar a Oriente para descubrir hábitos saludables, que de eso saben mucho las asiáticas. De hecho, ya nos lo explicó en cierta ocasión el doctor Vicente Mera, experto en longevidad de Sha Wellness: ha viajado varias veces a Japón en busca de esos hábitos relacionados con la longevidad y buena calidad de vida, entre otras cosas, porque allí “están más delgados y viven más”, dice. Algo parecido ocurre en Corea, uno de los países con menor índice de obesidad del mundo. Aunque evidentemente hay muchos factores que inciden en estas circunstancias –no podemos reducirlo a un único alimento– en ambos países hay un hábito común en forma de alimento que está muy presente en todas sus comidas y cenas y que está relacionado con su salud intestinal y peso: los encurtidos. De hecho, la fermentación, dicen algunos coreanos residentes en España, “es a la cocina coreana como el sofrito a la española”. Las verduras fermentadas (generalmente en vinagre y sal o azúcar) son un acompañamiento que siempre está presente en sus platos y que, tal y como nos explicó Cristina Barrous cuando analizamos con ella el menú japonés, “son clave para aportar esta parte de probióticos a la dieta”.
Por qué los encurtidos cuidan la microbiota (y el peso)
Completar una comida o cena con una ración de encurtidos es una buena alternativa porque sus bifidobacterias ayudan al buen funcionamiento intestinal y, además, tienen un poder depurativo sobre el organismo y la piel. Al mejorar las digestiones, se absorben mejor los nutrientes y no se acumulan toxinas. Además, suelen ser bajos en calorías y en el caso de tener una consistencia dura, como los pepinillos, tiene un efecto saciante por la masticación que requieren. Tal y como explica la ingeniera química experta en alimentación Marta León en su libro El equilibrio perfecto: cuida tus hormonas desde la microbiótica (Lunwerg editores), los alimentos fermentados ayudan a la salud intestinal y hormonal. “Alimentos como el kimchi, el chucrut (por ejemplo, de lombarda), las verduras fermentadas o las aceitunas encurtidas de forma tradicional no solo aportan fibra prebiótica a nuestros platos, sino que también suman una gran cantidad de polifenoles. Si además, tomas una pequeña porción de ellos antes de la comida, su acción enzimática te ayudará en las digestiones”, afirma la experta en un capítulo del libro.
Qué encurtidos elegir
La clave, afirman todos los expertos, es elegir encurtidos con aliños naturales. De hecho, la mejor opción siempre es fermentarlos en casa para controlar las proporciones de vinagre, sal y azúcar. Existen muchas opciones como cebolla roja encurtida, col fermentada, aceitunas… He aquí algunos de los más recomendados:
- Pepinillos: son saciantes y bajos en calorías (aportan menos de 15 calorías por 100 gramos) y buenos para la piel por su poder depurativo y su contenido en hierro, calcio, fibra, potasio, yodo, zinc, magnesio, carbohidratos, proteínas, vitaminas A, B1, B2.
- Kimchi: este acompañamiento tan típico en la cocina coreana a base de col asiática o repollo aderezado con ajo, chili en polvo y azúcar.
- Ciruela umeboshi: este encurtido japonés es un superalimento, tal y como apunta el doctor Mera, que aporta energía, regula el colesterol malo, mitiga el mal aliento y aporta una dosis interesante de proteínas.