Es difícil establecer dónde y cuándo empiezan y acaban las piezas de Michihiro Shimabuku (Kobe, Japón, 1969). Las obras del japonés se erigen como una suerte de artefactos experienciales a las que se van añadiendo diferentes capas de significado en función del momento del proceso en el que se encuentren y del punto de vista de quién admira dichas creaciones. El Centro Botín, en Santander, trata de acercar la figura de este singular artista a través de la exposición Pulpo, Cítrico, Humano, que podrá visitarse del 5 de octubre de 2024 al 9 de marzo de 2025 y que será la primera muestra del artista nipón en nuestro país.
La exhibición comprenderá vídeo, fotografía, escultura, instalación y texto de Shimabuku desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad, e incluirá una serie de piezas nuevas que involucrarán a comunidades locales, en las que se pondrá de manifiesto su manera única de documentar relaciones. Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del centro, que comisaria la muestra junto con el propio artista, adelanta el carácter iconoclasta del creador a la hora de plantear sus piezas. “La práctica de Shimabuku se origina por una curiosidad o por un deseo que surge, normalmente, de un viaje, de una conversación o de un encuentro. Es alguien que suele involucrarse con los contextos en los que hace sus exposiciones”, adelanta la experta. “Lo que él hace –que es totalmente ordinario y extraordinario a la vez– es, por una parte, generar encuentros entre distintos tipos de especies, humanas o no humanas; animadas o no animadas, según nuestro entendimiento occidental. Y, por otra, poner en valor conexiones que ya están ocurriendo en la naturaleza o en el mundo que nos rodea”.
Obra Flying People (Chiang Rai), 2023.Cortesía del artista / Centro Botín
El nombre de la exposición alude de manera directa a las tres entidades que van a estar en el centro de la muestra. Los pulpos son los protagonistas de Visiting Santander Octopuses: Exploring for Their Favourite Houses (Visita a los pulpos de Santander: explorando sus casas favoritas), un vídeo realizado en el lecho marino frente a la costa de la ciudad cántabra que documenta las interacciones de estos animales acuáticos con una serie de vasijas realizadas por el artista como ofrenda. También se podrá ver la instalación Something that Floats/Something that Sinks (Algo que flota / Algo que se hunde), que presenta frutas y verduras dispuestas dentro de tanques de cristal con agua que exponen un extraño fenómeno natural: algunas frutas de la misma especie flotan, mientras que otras se hunden. Para la exposición, los recipientes contendrán una selección de cítricos de Todolí Citrus Fundació, de la Comunidad Valenciana, una organización sin ánimo de lucro creada para el estudio y la divulgación de la citricultura. La última de estas obras concebidas específicamente para el Centro Botín será una continuación local de su proyecto Flying Me (Volarme) para el que se utilizó un autorretrato del artista a tamaño real y dibujado en una cometa que vuela silenciosamente por el cielo. En Santander se invitará a distintas personas a que realicen una cometa de ellos mismos para después volarlas juntas en el anfiteatro antes de que se inaugure la exposición. “Son estrategias de storytelling, es una manera de documentar lo que ha ocurrido”, explica Rodríguez al hilo de todas estas experiencias tan dispares y que colocan al espectador en un lugar privilegiado.