Resulta complicado entender el hype del bálsamo labial más famoso (o, al menos, uno de ellos) sin haberlo probado antes. Pero cuando lo haces, entiendes que la obsesión por la viral mascarilla de labios nocturna de Laneige está más que justificada. Sí, cumple todos los requisitos que le pedimos a este tipo de producto (hidrata en profundidad, deja los labios jugosos, huele in-cre-í-ble…), pero es que hace todo eso y más. El nivel de nutrición que aporta, la textura espesa (pero no pegajosa), el efecto glow (incluso diríamos que 3D) y, repetimos, su olor a chuchería es difícil de comparar con otros cosméticos similares, hasta el punto de que se ha convertido en el básico de muchas no solo como night mask (su finalidad original), sino también como hidratante diaria, lipgloss o producto para suavizar los labios antes del maquillaje. ¿Inmejorable? Sí… hasta que hemos probado su nueva edición limitada de verano.
Como fan incondicional de la mascarilla original, la de fresa, y después de haber probado la versión morada (sabor gummy bear), que me gustó, pero no tanto como la auténtica, pensaba que ninguna otra me convencería tanto como el bálsamo labial que elevó a Laneige a la categoría de viral. Sin embargo, su nueva edición de verano rápidamente le ha arrebatado el puesto como mi favorita. Con un delicioso olor a sandía, la fórmula no es muy diferente del original: con muy poco producto consigues una gruesa capa de bálsamo labial que, si bien nutre en profundidad, no resulta pegajoso. Sin embargo, me atrevería a decir que en este caso es incluso un poco más jugoso que el de fresa, aportando un mayor acabado gloss, a pesar de contener, al igual que el resto de la familia, extracto de granada, uva y frambuesa para aportar suavidad, vitamina C para realizar un efecto antioxidante y aceite de coco para alisar y lograr una hidratación duradera.
¿Lo mejor? Que además de ese efecto jugoso, la hidratación y la suavidad de los labios, es también el perfecto bálsamo con color. Porque si bien los otros que había probado dan esa dimensión a los labios, no aportan realmente ningún color, mientras que la edición de sandía tiene un acabado rojizo que es ideal para cuando quieres subir un poco el tono de tu boca sin tener que recurrir al maquillaje (y, sin duda, este verano se convertirá en mi básico para la playa y la piscina). De hecho, también es una opción perfecta para aplicar por encima de la barra de labios para darle un acabado 3D. ¿La mala noticia? Que se trata de una edición limitada, así que solo queda hacerse con una buena reserva de mascarillas…