El presidente de Mercadona, Juan Roig, lanzó su vaticinio el pasado mes de marzo, cuando la compañía de supermercados presentó sus resultados de 2024. “A mitad del siglo XXI no existirán las cocinas. Y nos estamos preparando para ello”.
El empresario cree que durante las próximas décadas, la sociedad perderá interés por cocinar en sus domicilios y preferirá soluciones más rápidas para poder dedicar su tiempo a otros menesteres. En 2018 comenzó a implantar su sección de platos cocinados, y a cierre de 2024 ya los tenía en 1.200 supermercados de su red española, casi el 75% del total, y en los 60 que tiene en Portugal. Apuesta y vaticinio no parecen casuales: “Ya ganamos dinero con el listo para comer”, dijo Roig.
Mercadona y otros operadores de la distribución alimentaria vienen apostando por estos espacios, así como por el aumento de las referencias de productos ya listos para comer, o como mucho para calentar, que se encuentran en los lineales. Los resultados son esclarecedores, según un informe de Worldpanel by Numerator (antes Kantar Worldpanel).
En los últimos tres años, las ventas de comida ya preparada para su consumo directo ha aumentado un 49% en valor en los supermercados e hipermercados españoles, impulsada por una tendencia cada vez más creciente por parte de los consumidores de priorizar la conveniencia, es decir, la mayor comodidad posible a la hora de alimentarse.
“La pregunta ya no es dónde comemos, sino cómo y por qué elegimos cada formato. Y es ahí donde la conveniencia gana protagonismo”, dice la directora de investigación de clientes de Worldpanel by Numerator, Veronika Khurshudyan.

Según el estudio, ese es el factor que pesa más en el 25% de las decisiones de consumo de alimentos y bebidas que toman los clientes, relegando a porcentajes inferiores a otras cuestiones como el placer (22,7%), el sabor (18,8%), la salud (15,6%) o la costumbre (12,9%).
En el caso de la comida lista para comer, el 80% de su consumo se produce dentro de los hogares, pero también crece con fuerza, a dobles dígitos, su evolución fuera de casa, con un alza del 15% en el número de ocasiones que se consumen, y un 29% en las ventas por valor con datos a abril de 2025, en comparación con el mismo mes del año anterior. Las ocasiones de consumo de estos mismos productos dentro del hogar crecen, en cambio, un 12%.
Según el informe, este fenómeno está beneficiado por un aumento adicional del gasto hacia nuevos canales, aunque parte del mismo se transfiere de otros ya existentes, principalmente de la restauración de comida rápida.
El consumo fuera del hogar de platos listos para comer crece más que los pedidos de comida de restaurantes a domicilio: a abril de este año, el delivery tradicional crecía un 6,8% en valor y un 3,2% en ocasiones de consumo.
“El listo para comer ofrece oportunidades tanto a los distribuidores como a la restauración y, por supuesto, a los fabricantes, pero hay que entender que ya no se compite en campos diferentes, sino en el mismo terreno de juego”, añade Veronika Khurshudyan.
De hecho, el aumento del consumo de platos preparados fuera del hogar no está relacionado, por ejemplo, con el trabajo, sino por un simple factor de hambre y conveniencia en ese momento en el que se adquieren. Según detalla Khurshudyan, esto explica el 27% de las ocasiones de consumo del listo para comer fuera del hogar, mientras que el trabajo solo indica el 12%.
“El consumidor ya no decide tanto solo por la categoría, el punto de venta o el canal, sino también por el aquí y ahora, por tener una necesidad y cualquier opción entra dentro de lo elegible para satisfacerla”, añade la responsable del informe.
El mismo pone el ejemplo de la hamburguesa a la hora de analizar la transversalidad entre canales. Según el análisis, cada español comió de media 18 hamburguesas el año pasado, un 5% más.
De todas las ocasiones en que se consumieron hamburguesas, el 19,5% correspondieron a un gran actor en este producto como McDonald’s, mientras que Mercadona ya supera el 10%, porcentaje que incluye tanto las que vende ya preparadas en sus estanterías de la sección de listos para comer, como las que se elaboran comprando los ingredientes por separado. “La conveniencia se abre paso y muchos ojos de la industria están puestos en cómo satisfacerla de la mejor manera posible”, añade Veronika Khurshudyan.