
El petróleo repunta con fuerza en los mercados de materias primas después de que Estados Unidos anunciara sanciones contra Lukoil y Rosneft, dos de las grandes petroleras rusas, como medida de presión sobre Vladimir Putin de cara negociar el fin de la guerra en Ucrania. El Brent avanza más de un 5% para cotizar en los 66 dólares el barril. Las dos empresas sancionadas suman una producción en torno a los cinco millones de barriles diarios, la mitad de la extracción rusa, y el 5,5% de la producción global. Las nuevas sanciones pueden cerrar el paso a al menos uno de los dos destinos principales del petróleo ruso tras la guerra de Ucrania, China e India. Entre ambas importan en torno a 3,5 millones de barriles al día.
De hecho, la mayor empresa de refino de India, Reliance, que mantiene un acuerdo de suministro con Rosneft de medio millón de barriles diarios, dejará de importar petróleo tras las sanciones, según informa Reuters. Reliance es el principal comprador indio de crudo ruso y opera la mayor refinería de petróleo del mundo, con una capacidad de procesamiento de 1,4 millones de barriles diarios, y podría tener problemas para trabajar con bancos estadounidenses si mantuviera sus relaciones con empresas señaladas. Altos ejecutivos de otras refinerías de la India han asegurado a Bloomberg que bajo estas condiciones es prácticamente imposible mantener las compras y, según Financial Times, Nueva Dehli estaría pidiendo al sector reducir o anular estas operaciones.
Esta ronda de sanciones supone un giro de 180 grados para Trump, que había anunciado la semana pasada que se reuniría con Putin en las próximas semanas y había afirmado en repetidas ocasiones que creía que Rusia quería poner fin a la guerra. Pero el martes, tras una conversación entre el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, la reunión fue anulada.
“Es evidente que la preocupación del mercado es el flujo de petróleo procedente de Rusia. La pregunta clave es si estas sanciones serán suficientes para disuadir a los compradores de petróleo ruso, concretamente a China y la India”, explica en una nota Warren Patterson, responsable de materias primas de ING. “Debemos esperar y ver si estas últimas sanciones son más efectivas o si Rusia puede eludirlas, como lo hizo con las restricciones impuestas a principios de este año. En cualquier caso, la postura más dura de la administración estadounidense hacia Rusia marca un cambio en su política. Aumenta el riesgo de nuevas sanciones contra Rusia (y potencialmente contra los compradores de petróleo ruso)”, añade. Los impuestos de las industrias del petróleo y el gas representan alrededor de una cuarta parte del presupuesto federal ruso.
Tras anunciar las medidas, Trump aseguró que tenía previsto hablar con el presidente chino, Xi Jinping, sobre la compra de petróleo ruso por parte de su país en una reunión prevista para la próxima semana en Corea del Sur. El martes, el líder estadounidense dijo que el primer ministro de la India, Narendra Modi, le había asegurado que su país reduciría sus compras.
A las medidas de EE UU se suman las sanciones impuestas por el Reino Unido la semana pasada, a dos empresas energéticas chinas que gestionan la energía rusa, junto con sanciones a Rosneft y Lukoil. La UE, por su parte, ha aprobado este jueves otra ronda de sanciones contra Rusia, que incluyen una prohibición gradual de las importaciones de gas natural licuado (GNL), y amplía la presión sobre la flota fantasma rusa, los barcos petroleros de segunda o tercera mano que utiliza el país para sacar petróleo al mercado eludiendo las sanciones. El precio del gas en el mercado europeo, por su parte, cotiza plano en los 32 euros por megawatio, cerca de los mínimos en año y medio.
En este sentido, Rachel Ziemba, analista del Centro para una Nueva Seguridad Americana en Washington, expresa sus dudas a la agencia Bloomberg. “Esta es sin duda una de las medidas más significativas que ha tomado Estados Unidos, pero creo que se verá atenuada por el uso generalizado de redes financieras ilícitas”, afirmó. “En realidad, todo se reduce a si China y la India temen una mayor escalada de sanciones secundarias”.
