Reminiscencias del estilo playero con toques utility
El estilo playero tomó forma de polos oversize, trabajados con lentejuelas y flecos de pedrería en referencia a las olas, y en los trajes etéreos, compuestos de camisas y lúdicos shorts, que llaman la atención por sus detalles. Hubo chaquetas de 3 bolsillos con estampados infinitos, con juegos ópticos de surfistas, delfines (también en las cremalleras plateadas), flores de hibisco y hojas de plátano. Todo en una paleta veraniega de tonos sorbete que se funden con las ondulaciones.
La forma de los accesorios
Todo fue puro canto a los días de verano. Las pulseras y collares recordaban al bambú; las gafas, con tiras de colores vivos, se llevaban hacia atrás a modo de gargantillas; abundaron los bolsos blandos como almohadones; convivieron zapatillas deportivas con slip-ons Cub3d de Gucci reconvertidos en escarpines; y los cinturones se abrochan con doble mosquetón. No faltaron los homenajes al archivo de la firma, desde los modelos inspirados en las icónicas maletas hasta la evolución del mocasín Horsebit.
Una colección que, como escribe el propio Sabato, habla «de encuentros, entre la ciudad y la playa, entre personas que aman la vida. Habla, en definitiva, de libertad. Me siento libre cuando no hay distancia entre mis palabras y mis pensamientos, entre mis actos y mi corazón«. E inevitablemente, nos transporta a nuestra playa favorita, con los pies en la arena, un polo en la mano y rodeados de personas queridas.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.it