Cristiano Ronaldo es una de las estrellas deportivas más visibles del planeta y la persona más seguida en Instagram, a diferencia de su gestor patrimonial. Miguel Marques, de 52 años, es una figura discreta pero fundamental en la gestión de la inmensa fortuna de Ronaldo. Desde su oficina de Lisboa, situada encima de la tienda insignia de Louis Vuitton en la elegante Avenida da Liberdade, este banquero privado portugués ayuda al futbolista a invertir y proteger su patrimonio neto, estimado en 1.400 millones de dólares.
Marques figura como director ejecutivo y presidente de LMcapital Wealth Management, con sede en Lisboa, en la página web de la empresa. Su experiencia previa incluye haber trabajado en la filial portuguesa del Anglo Irish Bank Suisse, posteriormente adquirida por la suiza Hyposwiss.
El gestor patrimonial también figuraba como director del hotel Pestana CR7 de Ronaldo en Manchester, la ciudad del norte del Reino Unido, donde el joven Ronaldo saltó a la fama mundial jugando en el Manchester United.
Marques se negó a comentar las finanzas de su cliente cuando Bloomberg se puso en contacto con él, alegando motivos de privacidad. Los gestores patrimoniales de las estrellas del deporte suelen tener una cartera de atletas, y los principales bancos y boutiques ofrecen una amplia gama de servicios. Pero a medida que la riqueza de algunos atletas alcanza alturas estratosféricas, la necesidad de contar con su propia oficina familiar ha comenzado a aumentar. Michael Jordan, también multimillonario, cuenta con Jump Management, mientras que Team8, de Roger Federer, le ayuda a gestionar sus inversiones.
Las relaciones comerciales de Ronaldo se basan en la confianza y la lealtad, según personas familiarizadas con sus negocios. El jugador prefiere consultar a un grupo cercano de asesores y amigos para tomar decisiones de inversión, en particular a aquellos que han demostrado discreción. Las personas que él considera indiscretas son rápidamente excluidas de su círculo íntimo.
Esas inversiones suelen reflejar una profunda conexión con su país natal. Recurrió a Marques para que le ayudara a concertar reuniones con inversores cuando se planteó adquirir una participación en City of Padel, un club de raquetas con sede en Lisboa.
Hace unos años, Ronaldo también compró discretamente una gran parcela de terreno en Quinta da Marinha, un exclusivo complejo residencial y de golf. La parcela, de aproximadamente 9000 metros cuadrados, una de las más codiciadas de la zona, se está transformando en lo que se espera que sean las viviendas más privadas y seguras de la costa portuguesa.
El acuerdo se cerró a través de intermediarios. Según Miguel Champalimaud, propietario del terreno y del complejo, el nombre de Ronaldo se mantuvo en secreto hasta el final de las negociaciones.
“Solo me enteré el día en que se cerró el trato”, dijo. “Los intermediarios ocultaron el nombre de Ronaldo hasta el final”. Uno de los que guardaba celosamente la identidad de su cliente era Marques, el discreto gestor patrimonial encargado de administrar la fortuna de Ronaldo.
Primer futbolista milmillonario
El portugués, de 40 años, no ha dudado en aprovechar su fama durante más de dos décadas para alcanzar lucrativos acuerdos comerciales con marcas como Armani y Nike. Pero es ahora, en el ocaso de su carrera como jugador, cuando ha sido catapultado a lo alto del ranking de los deportistas más ricos, tras firmar en junio una extensión de su contrato con el equipo saudí Al-Nassr, que según informes está valorada en más de 400 millones de dólares.
Tras dicho acuerdo, la fortuna de Ronaldo ha aumentado a 1.400 millones de dólares, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, en el que hace su debut, lo que lo convierte en el primer futbolista en entrar en este ranking. Durante mucho tiempo, él y Lionel Messi —con quien ha competido por el título de mejor jugador— ganaban sueldos similares. Pero sus caminos se separaron drásticamente en 2023, cuando Ronaldo se mudó al Golfo y Messi se unió al Inter Miami de la Major League Soccer, en Estados Unidos. Aun así, se espera que el argentino obtenga una participación en el club estadounidense una vez que se retire, un acuerdo que podría volver a ponerlo al nivel de su eterno rival.