La narrativa te engancha desde el principio, mostrando a una joven Amy llena de vida en el norte de Londres, su meteórico ascenso con el éxito de “Back to Black“, y sus dolorosas luchas con la adicción y la prensa sensacionalista. Es una montaña rusa emocional que te hace sentir como si realmente conocieras a Amy, sus relaciones personales, y cómo estas moldearon su vida y carrera.
La recepción del documental fue increíble. No solo por parte de los críticos, sino que también se llevó el Oscar al Mejor Documental en 2016. Y es que la película no solo nos muestra a la artista talentosa, sino también a la persona vulnerable detrás del micrófono. Se cuenta que la gente salía después de ver la cinta no solo cantando sus canciones, sino también pensando en cómo la sociedad en general trató a la joven Amy que, recordemos, era poco más que una adolescente.
El documental también nos deja pensando en temas más profundos como la explotación en la industria musical, la presión de los medios y la importancia de cuidar la salud mental de los artistas. “Amy (La chica detrás del nombre)” es más que un simple homenaje; es una reflexión sobre nuestra responsabilidad colectiva hacia aquellos que admiramos y seguimos.
Si aún no lo has visto, te recomendamos que lo hagas en cuanto puedas. El documental está disponible en Prime Video.