Fue en 1964 cuando el escritor irlandés John Banville (Wexford, 1945) visitó por primera vez el Museo del Prado. “Es una galería magnífica. Vuelvo una y otra vez a ver Las Meninas y es casi como una peregrinación religiosa. Es una oportunidad perfecta y maravillosa”, explica el autor en un encuentro informal con periodistas. Está de vuelta en Madrid, pero esta vez como invitado a la residencia Escribir el Prado, una iniciativa de la pinacoteca junto a Fundación Loewe por la que han pasado también J.M. Coetzee, Chloe Aridjis y la premio Nobel Olga Tokarczuk. El autor pasará un mes entre las paredes del museo, del que ya ha disfrutado de la mitad, y publicará después una historia marcada por la inspiración que pueda surgir en estos días, de la que no quiere adelantar mucho.
“Creo que Velázquez es uno de los más grandes pintores. Velázquez y Piero della Francesca son mis dos grandes héroes artísticos”, explica John Banville sobre lo que de verdad hace que quiera volver una y otra vez al Prado. La última, hace ahora tres años. “Estuve aquí con mi esposa, poco antes de que falleciera”. Aunque no ofrece demasiados detalles de su proceso de trabajo en Madrid – “Resulta todo demasiado tentador en esta ciudad como para sentarse a escribir” – , sí da algunas pistas: “Probablemente haré mi propio trabajo por las mañanas y pasaré las tardes en el museo. Uno puede pasar un mes en El Prado y aun así no haberlo visto todo. En cuanto a lo que escribiré, todavía no lo sé. Es un poco pronto. Estoy seguro de que será algo relacionado con el arte”.
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