Hay artistas que conquistan el mundo a base de gritos, y luego está Gracie Abrams, que lo hace en susurros. En el último año, la cantante americana pasó de ser una promesa indie a uno de los nombres más esperados en alfombras rojas, los escenarios y ahora nuestra portada del mes de noviembre. Con el lanzamiento de The Secret of Us, su segundo álbum —una carta abierta a la intimidad, la melancolía y el amor—, Gracie ha consolidado no solo su voz, sino también su estética inconfundible: romántica, minimalista y ligeramente nostálgica.
Su estilo parece nacido entre un diario y una pasarela: tejidos suaves, siluetas etéreas, y una paleta de colores que se mueve entre el negro más clásico y los tonos empolvados, podría ser fácilmente un personaje de Sofia Coppola. No es casualidad que Chanel se haya convertido en su segunda piel. De hecho, en cada aparición Abrams reafirma que el estilo romántico puede ser también un statement.
En apenas un año, Gracie ha pasado de escribir canciones en su habitación a sentarse en la primera fila de los desfiles más esperados. Y aunque su estética parece de una musa, esta abanderada del corte bob tiene los pies en la tierra (en Glastonbury, literalmente descalzos). Estos son los looks que resumen su ascenso y su idilio –casi eterno– con Chanel.