Cuando Devon, interpretada por Meghann Fahy, llega a la isla ficticia de Port Haven en la nueva serie de Netflix Sirenas, echa un ojo a la gente y ofrece el siguiente comentario: «¿Qué es este lugar y por qué todo el mundo parece un huevo de Pascua?».
Es una frase graciosa, pero también cierta: a su alrededor hay un mar de vistosos vestidos estampados, bermudas de cuadros madrás y prendas de color rojo lavado. Aunque el negro sea un color imprescindible en la ciudad natal de Devon, Buffalo (y, bueno, en todas partes), aquí desde luego no lo es.
Si en La pareja perfecta y The White Lotus se buscaba sugerir sutilmente las diferencias de clase a través de la moda, Sirenas nos golpea en la cabeza con ellas. Los habitantes de Port Haven –localidad basada en destinos vacacionales exclusivos de Nueva Inglaterra como Nantucket o Martha’s Vineyard– son tan, tan preppy que rayan lo camp. Las mujeres visten en masa vestidos rectos y diademas como comprados en Lilly Pulitzer y los hombres llevan blazers de colores con motivos bordados de patos o langostas (además de incontables camisas de Brooks Brothers). Los forasteros como Devon, en cambio, saltan a la vista con su aire grunge de botas militares, tatuajes y eyeliner marcado. El contraste visual lo deja claro: los tonos pastel significan que eres de los nuestros; el negro, que no lo eres.
«Partimos de todos esos colores y esas siluetas que todos identificamos con la estética veraniega de ese uno por ciento hiperprivilegiado y aristocrático, y después subimos el volumen a tope«, explica a Vogue la diseñadora de vestuario de la serie, Caroline Duncan.
Cuando Duncan leyó por primera vez el guión de Sirenas –una miniserie sobre una asistente, su hermana y una poderosa pareja de multimillonarios que regentan un enclave veraniego de lujo–, pensó en Lilly Pulitzer. Acto seguido, pidió un ejemplar de The Official Preppy Handbook, el clásico de los años ochenta de Lisa Birnbach sobre los códigos y la cultura WASP, para que lo leyeran todos los miembros de su departamento. Siguieron al pie de la letra sus demenciales normas de vestimenta, desde la forma adecuada de la puntera de los zapatos náuticos (almendrada o cuadrada) hasta cuándo se debe llevar un estampado de cuadros madrás en lugar de cuadros windowpane. («El madrás es para el día; muy club de campo», explica Duncan riendo. «El windowpane puede llevarse hasta por la noche»).
