El pasado 3 de julio se ponía en peligro el liderazgo de Del revés 2 en la taquilla con el estreno de otra película de animación de corte familiar que, además, pertenece a una franquicia. La cuarta parte de Gru: Mi villano favorito se convertía durante el último fin de semana en la película más vista en Estados Unidos. Un verano más, las apuestas para toda la familia se convierten en las salvadoras de una taquilla agonizante. Del revés 2 puede ya considerarse una película evento, uno de esos momentos culturales que copan la conversación en redes sociales y fuera de ellas. Curiosamente, la primera de las entregas, de 2015, no alcanzó los 1000 millones en taquilla, aunque sí se hizo con el Oscar en la categoría de Mejor película animada, entre muchos otros galardones.
Para Pixar, el éxito de Del revés 2 supone también un alivio tras los malos datos, relativos, cosechados durante la pandemia. El estreno directo en Disney+ de títulos como Soul, Red, Luca u Onward hizo que los estudios de animación vieran peligrar su reinado. Su posterior relanzamiento en salas tampoco mejoró mucho la situación. Soul conseguía 120 millones de dólares en taquilla, Luca 50 y Onward algo más de 140. Todas ellas cifras importantes que ya le gustaría alcanzar algún día a cualquier título de autor, pero profundamente alejadas de los 1200 millones que en menos de un mes ha conseguido reunir Del revés 2. Con este estreno, el estudio de la lamparita demuestra que no hay quien le tosa aunque muchos acusen falta de creatividad y cierto abuso de las continuaciones en sus proyectos –en 2026 llegará la quinta parte de Toy Story y no hay que descartar una tercera entrega de Del revés – .
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