Si tus bizcochos no alcanzan la excelencia, se quedan secos al primer día o se parecen más a un ladrillo que a un pastel, tenemos una información que te interesa, y que recomendamos leer atentamente y sin prejuicios. Existe un ingrediente mágico que, convenientemente rallado, puede añadir jugosidad a un bizcocho, sin perturbar en absoluto su sabor tradicional. Se llama, oh sorpresa, calabacín.
Antes de escandalizarte y ponernos una denuncia ante la policía de la repostería por añadir una hortaliza a un dulce, escucha un momento. Cuando lo añades a la masa de un bizcocho, el gusto del calabacín es indetectable: como bien sabrás si la has probado sola, esta verdura es definitivamente sosa. Lo que nos interesa aquí es aprovechar su textura y su líquido. Y no, no lo usamos para engañarnos a nosotros mismos y pensar que estamos comiendo un “dulce saludable”: la receta de hoy, que es la del zucchini bread de Spend with Pennies, lleva su harina y su azúcar correspondiente, así que ni healthy, ni fit, ni fot. Si miras el vídeo de arriba y lo pruebas en casa, te convencerás de que lo que decimos es cierto.
Ingredientes
Para un bizcocho de unos 600 g
- 120 g de harina
- Entre 80 y 100 g de azúcar (dependiendo de lo dulce que se quiera)
- 2 huevos
- 1 calabacín pequeño (unos 200 g)
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de canela en polvo
- ½ cucharadita de sal fina
- 75 g de aceite de oliva suave o girasol
- Unos 75 g de nueces picadas
- La ralladura de 1 limón
- Azúcar glas para decorar (opcional)
- (molde 20×10 cm aprox)
Instrucciones
Calentar el horno a 180 grados.
Mezclar en un bol los ingredientes secos: la harina, el azúcar, el bicarbonato, la canela y la sal.
Batir los huevos con la ralladura de limón en un bol grande. Añadir el calabacín rallado con la parte gruesa de un rallador o con un robot de cocina, y el aceite. Mezclar bien.
Añadir a esta mezcla los ingredientes secos en tandas, integrando cada vez.
Cuando el conjunto esté mezclado, añadir las nueces picadas.
Untar con aceite un molde alargado de unos 20×10 centímetros (u otro equivalente en volumen), y cubrirlo con papel de horno para poder desmoldar el bizcocho fácilmente después.
Verter la mezcla en el molde y hornear unos 50 minutos.
Una vez listo, dejar que pierda temperatura y desmoldar. Se puede espolvorear con azúcar glas y algo más de ralladura de limón por encima.
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