Tal y como anuncian en su perfil de Instagram, en la cocina de Dispatch elaboran el 98% de los ingredientes. El festín debe comenzar, obligatoriamente, con una ración de pollo frito. “Lo marinamos en buttermilk –un fermento lácteo poco conocido aquí en España, más suave que el yogurt y lo cultivamos nosotros– y lo rebozamos en una mezcla que hacemos con harina y especias”, explica la pareja. El resultado es un entrante crujiente por fuera y ultrajugoso en su interior, que viene acompañado de una ensalada de lombarda que marida a la perfección con las piezas de pollo.
A continuación, conviene probar, antes de llegar al plato fuerte, su hamburguesa, elaborada con ternera de la mejor calidad y donde todos los ingredientes suman y se saborean: de los vegetales al queso – el Pitchfork Cheddar de Formaje–, y el pan brioche. Hay que pedirla, eso sí, acompañada de patatas fritas; vienen aderezadas con una mezcla de especias que intentan imitar el sabor de las Pringles sour cream & onion, y son unas de las mejores, y más especiales, que encontrarás en Madrid.