Un estudio revela el momento del día en que somos más felices
Para algunos, el momento más feliz del día es por la tarde, cuando se llega a casa y se deja atrás el mundanal ruido. Para otros, el mediodía, cuando nos dedicamos tiempo a nosotros mismos y vamos al gimnasio. Luego están los que eligen la ‘hora azul’, el momento justo después de la puesta de sol, cuando una tenue luz azul invade el cielo, regalándonos una sensación de bienestar. A pesar de las preferencias individuales, hay una hora concreta del día en la que somos más felices, según lo corroboran las investigaciones científicas.
En ese instante todo es más bonito y va mejor. Estamos en paz con nosotros mismos y con el mundo. Por supuesto, dura poco. Porque la realidad, la que forman los hijos, la familia y el trabajo, nos despierta de inmediato. Pero qué hermoso es ese preciso momento del día. Es a primera hora de la mañana, cuando todo parece perfecto tal como es y nos sentimos sencillamente felices.
Un estudio del University College de Londres, publicado en BMJ Journals Medical Health, afirma que «en general, todo parece mejor por la mañana». El objetivo de esta investigación es comprender cómo cambian a lo largo del día los sentimientos que experimentamos, nuestro nivel de felicidad y satisfacción, y las emociones que afectan a nuestra salud mental. Los resultados del estudio, realizado a partir de las respuestas de casi 50.000 personas, demostraron que el momento del día en el que somos más felices es a primera hora de la mañana. No se trata solo de una cuestión de estado de ánimo, sino que también hay una razón científica.
Todos somos más felices por la mañana
«Los resultados de la investigación sugieren que, de media, la salud mental y el bienestar de las personas son mejores por la mañana y peores a medianoche», explica la Dra. Feifei Bu, del University College de Londres. Nos despertamos con energía positiva y ganas, y estos van disminuyendo gradualmente a lo largo del día. Este cambio puede explicarse a nivel fisiológico, porque está ligado al reloj biológico humano: “El cortisol –la hormona que regula el estado de ánimo– alcanza su punto máximo justo antes de despertarnos y luego desciende al mínimo cuando nos acostamos”, explica la doctora, provocando así cambios de humor a lo largo del día.
Pero no cabe duda de que la transición entre la relajación del sueño y la vigilia matutina tiene una influencia importante. Mientras dormimos, pasamos unas horas en pleno bienestar, durante las cuales desconectamos el cerebro y la conciencia. Y de repente nos vemos proyectados a la agitada vida diaria. La sensación de bienestar a primera hora de la mañana es consecuencia directa de la apacible desconexión que experimentamos durante la noche. Cuando nos despertamos, llevamos todavía con nosotros esa sensación de felicidad y calidez del sueño, sentimos que todo va bien y proyectamos estas emociones positivas durante las próximas horas, pensando que será un buen día. Luego, este entusiasmo choca con el ajetreo de la vida cotidiana, con las prisas para arreglarse, con los niños que hay que llevar al colegio, con las dificultades del trabajo. Y poco a poco, a lo largo del día, puede ir disminuyendo.
Levantarse temprano ayuda a sobrellevar mejor el día
Según otra investigación, realizada por la Universidad de Roehampton, las personas que madrugan tienen una mejor calidad de vida, porque despertarse temprano afecta a los biorritmos, al estado de ánimo y a la salud, así como al rendimiento laboral. Al parecer, levantarse antes de las 7 de la mañana favorece la salud, ayuda a afrontar mejor el estrés e incluso a estar más delgados: «Las personas madrugadoras suelen estar más sanas, ser más felices y tener un índice de masa corporal más bajo», explica el Dr. Joerg Huber, de la Universidad de Roehampton.