El nuevo liderazgo ya no es jerárquico
Tú también podrías ser un referente para Barack Obama. O quizás tu madre, o tu vecina, o cualquier persona de tu entorno cotidiano. Porque cuando el expresidente de Estados Unidos nombra a las personas que más han impactado en su carrera, siempre pone el foco en mujeres y hombres anónimos. No importa si ha trabajado con los mejores asesores o ha conocido a las personalidades más destacadas del mundo. Tampoco importa que él mismo sea un líder que pasará a la historia. Su mayor referente son todas esas personas que formaron una valiosa red de trabajo comunitario en el sur de Chicago a mediados de la década de 1980, y de la que Obama formó parte como organizador. “La mejor educación que he recibido ha sido trabajar con personas de la comunidad desde la base, porque me enseñaron que la gente corriente, cuando trabaja junta, puede llegar a hacer cosas extraordinarias. Ha sido mejor que cualquier cosa que haya aprendido en la facultad de Derecho de Harvard”, ha repetido en entrevistas y actos públicos tras su salida de la Casa Blanca.
Una de ellas fue Loretta Augustine Herron. Es muy probable que nunca hayas oído su nombre y, sin embargo, esta profesora de Educación Especial contribuyó enormemente a moldear la carrera política de uno de los líderes más relevantes de nuestro tiempo. Obama y Herron fueron compañeros durante sus etapas como trabajadores comunitarios y, después, amigos para toda la vida (acudió como invitada a la boda de los Obama y al baile inaugural de la presidencia). Pero, ¿qué hizo el expresidente para que personas como esta mujer de Chicago tuvieran un impacto tan importante en su vida? Escuchar. “Quería saber qué me motivaba, cuáles eran mis objetivos y cómo las cosas impactaban en la estabilidad de mi familia”, recuerda Herron en una entrevista para la plataforma de documentales Life Stories. Y es que invertir tiempo en charlar con los miembros de la comunidad antes de hacer su trabajo sentó uno de los pilares fundamentales del liderazgo de Obama: abrazar la diversidad y la inclusión, reuniendo a personas con diferentes orígenes, perspectivas y experiencias, con el fin de llegar a una resolución de problemas más creativa y eficaz.
No solo hablamos de política, sino también de ámbitos empresariales, o de la vida misma. Gitte Frederiksen es una ingeniera física convertida en consultora para una multinacional estadounidense, donde practica y enseña un modelo de liderazgo muy parecido al de Obama. En una charla TED, la danesa expone su visión, que tiene que ver menos con los organigramas jerárquicos y más con un sistema que nos conecta de forma horizontal: “En una red todos estamos encargados de diferentes aspectos, y sustituimos el poder de unos pocos por la influencia de muchos. Puede parecer más desorganizado, pero yo diría que es más hermoso, más multidimensional, más dinámico, algo más natural. Creo que este modelo nos ayuda más a ser menos dependientes de una persona”. Pero, para Frederiksen, la clave principal de este método está, sobre todo, en tener acceso a la creatividad y al conocimiento de todos. ¿Por qué conformarte con una idea cuando puedes tener muchas? “Las etiquetas y la jerarquía, la información oculta, la consolidación de poder, ser antipático o pretender ser bueno. Eso no nos ayudará para querer lo que necesitamos: crear un mejor futuro”.
Pero este modelo de liderazgo, más auténtico y local, y esta forma de construir vidas y carreras llenas de referentes, los hemos sustituido por un sistema jerárquico en el que mucha gente tiene un guía pero nadie toma la iniciativa. El motivo: la confusión entre los términos management y leadership. Imagina por un momento a un mánager. Posiblemente lo primero que te viene a la cabeza sea un jefe con unas funciones rígidas y opiniones cerradas a la reciprocidad. Piensa ahora en un líder. Es muy probable que ahora veas a una persona con habilidades sociales y emocionales, con capacidad de escucha y de gestión de conflictos. Y, lo más importante, probablemente lo hayas descontextualizado de un entorno de oficina. Y es que las causas siempre las impulsan transformadores que se alejan de lo rígido, y cualquier ámbito –desde la inmortalidad de Gandhi al anonimato de Loretta Augustine Herron– puede impactar en nuestras vidas y en nuestras carreras, en un mundo que ya no distingue entre líderes y seguidores porque el poder de la influencia es de muchos.