El Paso: un edificio antiguo transformado en espacio multidisciplinar donde ocurren muchas cosas

Los hermanos Llanza llevan el buen gusto impregnado en el ADN. El de su madre, Isabel López Quesada (Madrid, 1962), es uno de los nombres más relevantes del mundo de la decoración en nuestro país, tras ser bautizada como mejor interiorista de España en 2012 por la revista AD. Isabel (Madrid, 1994) y Álvaro (Madrid, 1992), se han criado en un entorno donde el arte y la sofisticación reinaban en cada rincón, y estaban destinados a rendirse, de un modo u otro, ante el universo creativo.

Silvia Retana

La pequeña comenzó desarrollando su carrera profesional en la industria de la moda, trabajando como estilista para esta cabecera durante más de un lustro. Su etapa en Vogue España terminó en 2021, cuando decidió aparcar la moda para empezar a orquestar su propio proyecto. En asociación con su madre, alumbró Isita, una ambiciosa plataforma digital destinada a la creación y venta de productos en torno al hogar que pone la artesanía en el centro.

Por su parte, Álvaro –que actualmente está volcado en su verdadera vocación, la pintura–, estudió Historia y filosofía en la escuela Royal Holloway de Londres y comenzó trabajando en la innovación y el desarrollo de startups hasta 2018, cuando se unió a López-Quesada en la creación de PoolHouse, una empresa dedicada a la rehabilitación y dinamización de edificios. Precisamente de esa actividad ha nacido la última iniciativa familiar que los ha unido a los tres.

Bautizada como El Paso, se trata de una construcción ubicada en el distrito de Chamartín que ha sido concebida como un espacio multidisciplinar en el que esperan que pasen muchas cosas. “Cuando vi el edificio por primera vez estaba en muy mal estado, pero me encantó la proporción que tenía. Las ventanas de hierro finitas de los años 40 o 50 y ese carácter auténtico de los espacios industriales. Encontré belleza en lo simple, tenía una luz estupenda”, recuerda Isabel López-Quesada sobre el inmueble ubicado en el número 10 de la calle Francisco Campos que, tras un exhaustivo trabajo de remodelación, se ha convertido en la sede de la última iniciativa familiar.

Silvia Retana
El Paso un edificio antiguo transformado en espacio multidisciplinar donde ocurren muchas cosas

“Queríamos hacer algo diferente, más informal, simple, joven y que no tuviese un estilo muy marcado para poder adaptarnos a proyectos de naturalezas diversas que puedan ir surgiendo. Lo hemos concebido como un lienzo en blanco (o, en gris, en este caso)”, asegura Isabel Llanza, que detalla los diferentes espacios –y sus respectivas funcionalidades– que componen la finca: “Consta de tres plantas. La baja es diáfana y tiene una estética muy neutra, es perfecta para organizar exposiciones o pop ups. El patio es mágico; consta de 112 metros cuadrados y tiene una vegetación increíble. El segundo piso lo protagoniza una cocina completa con un horno industrial y una zona de comedor que lo convierte en el lugar idóneo para talleres de cocina, showcooking o eventos más íntimos. En la tercera y última planta se ubica el estudio de mi hermano Álvaro, donde entra una luz increíble”.

Desde su apertura el pasado mes de junio, El Paso ha sido escenario de diversas acciones: de una tienda efímera de una firma de joyas a un taller de comida japonesa. La exposición artística forma parte fundamental del espacio, ya que Álvaro Llanza ha encontrado en este proyecto un escaparate fabuloso para dar vida a sus obras. “Uso la planta de arriba como estudio para mi obra más grande y tengo colgadas mis pinturas por el edificio. Mi mujer, Ana, también pinta –mejor que yo–, sobre todo comida, y tenemos varios cuadros suyos en la zona de la cocina. Es un lujo increíble tener este espacio para desarrollar nuestra obra y poder exponernos”, confiesa.

Silvia Retana

Como el objetivo era crear un espacio versátil y multiusos que pudiese amoldarse a las exigencias de cada cliente, quisieron mantener la esencia industrial y desenfadada del local sin rendirse a un interiorismo excesivamente imperante. Aunque teniendo en cuenta la naturaleza de sus fundadores, el proceso decorativo de cada una de las estancias ha sido estudiado al milímetro. “Hemos optado por piezas muy cálidas. Por ejemplo, en el patio hay unas baldas de fibra de vidrio que proceden de un barco y las hemos utilizado como soporte para plantas. También hemos reciclado una mesa de pino extensible antigua que está hecha a partir de varias piezas; esto nos permite utilizarlas juntas o por separado. Otra de las joyas son unas butacas antiguas que hemos retapizado con telas italianas. En cada proyecto jugamos con el interiorismo, algunos clientes aprovechan nuestro mobiliario, pero también está la opción de utilizar únicamente el espacio”, explica la estilista.

Silvia Retana
El Paso un edificio antiguo transformado en espacio multidisciplinar donde ocurren muchas cosas

El Paso es el lugar donde los tres miembros de la familia Llanza López-Quesada han aunado su saber hacer. El emplazamiento combina a la perfección el aire fresco, juvenil y desenfadado que aportan los hermanos con la experiencia y el gusto exquisito de Isabel. Ella es el motor y la fuente de inspiración constante de sus hijos. “Mi hermano y yo aprendemos muchísimo de la mano de mi madre, para mí es la mejor en el sector. Ojalá, algún día, podamos llegar a donde ha llegado ella”.

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Farándula y Moda

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