Polvos de talco: el aroma que reproduce el perfume con olor a limpio que me hace sentir bien
En plena era de las fragancias nicho, es justo hacer mención a un best seller que se consagró como perfume literalista (aquellos que huelen exactamente a lo que su nombre indica) en 2008, mucho antes de que Loewe Perfumes lanzara sus aplaudidos ambientadores de tomate, remolacha o guisantes. Hablamos de Puro Talco, de Officina delle Essenze, un éxito en todo el mundo pero tan discreto como el ingrediente que homenajea, relativo a uno de los productos de bebés más antiguos que existen.
Como podías adivinar, Puro Talco es un perfume que huele a polvos de talco. Así, como suena. Exactamente el que se desprende cuando giras la tapa y liberas el dosificador de esos botes salmón (porque casi todos son de ese color). Se trata de uno de esos perfumes que huelen a limpio, pero sin inspirarse en clásicos del cuarto de la limpieza como el jabón o el suavizante de la ropa.
Lo encontré en uno de mis escarceos en Laconicum, la web española especializada en cosmética nicho. Allí, entre productos naturales y rarezas beauty, de repente, lo vi: Puro Talco. Las palabras exactas, la descripción más rigurosa y aséptica posible. El nombre me pareció tan seguro de sí mismo y tan inequívoco que hice la compra más excéntrica de mi vida: adquirir un perfume sin haberlo olido. Pensé que merecía la pena correr el riesgo y así fue.
El frasco es sencillo, sin artificios, como el propio perfume. Un ejercicio de honestidad olfativa de principio a fin que –esta vez sí– ha conseguido que haya encontrado mi olor para toda la vida.
A qué huele exactamente Puro Talco, de Officina delle Essenze
Maurizio Lembo deseó capturar la pureza y serenidad de los polvos de talco infantiles, un olor ligado a recuerdos universales de amor y protección, que es justo lo que me reporta. Tardó año y medio en perfeccionarlo, buscando un perfil más fresco que los perfumes atalcados existentes, para evocar la sensación de entrar en la habitación de un bebé.
Aunque se trate de una fragancia literalista, posee su estructura y evolución. Al principio, percibirás una salida cítrica pero edulcorada (naranja dulce y mandarina), que poco a poco va dejando paso a un corazón floral y meloso (rosa, iris y vainilla). Con el paso de las horas, se revela un fondo sensual y envolvente (vainilla e ylang ylang), que te acompañará todo el día. Pero no te dejes engañar: aunque parezca complicado, toda la construcción olfativa reproduce el mencionado olor a polvos de talco.