El perfume de hombre que vamos a usar este otoño: Prada Paradigme
Al final, todo vuelve. Y el hecho de que cada vez más mujeres usen perfumes de hombre y a la inversa –por ejemplo, un vendedor de Barneys contó a Vogue que vendió todas sus existencias de Une Rose, una fragancia femenina de Frederic Malle, “a dos hombres adinerados para usarla ellos mismos”– es una vuelta a los orígenes más primitivos de la perfumería. Porque esta industria, en su comienzo, no hacía distinción de géneros. Digamos que el concepto de perfume masculino o femenino es más un invento del marketing y de la necesidad de un nicho de mercado que busca esa segmentación en el punto de venta.
El auge de los perfumes sin género que tanto esta propiciando la perfumería nicho, convive también con una tendencia al alza de mujeres que prefieren invertir en perfumes de hombre. Y no siempre para regalar, también para su uso y disfrute personal. Es precisamente lo que está pasando con el nuevo lanzamiento de Prada, Paradigme. Actualmente es el número 1 en Sephora dentro de la categoría de masculinos y podemos dar fe de que unas cuantas mujeres vamos a avivar esas ventas. Lo haremos varias editoras de belleza, que durante la presentación del perfume prometimos maravilladas que lo íbamos a usar con devoción este otoño. Y también otras tantas mujeres ajenas a este sector.
Notas amaderadas para otoño
Por ejemplo, una amiga mía nada más olerlo, ha jurado y perjurado ir a Sephora a comprarlo porque este otoño quiere que sea su aroma. En las estanterías de su cuarto de baño hay otras tantas fragancias, pero su flechazo con este perfume fue tal que ha decidido invertir en él. Eso es precisamente lo que suele ocurrir con los perfumes: al ser el olfato el sentido más evocador y el más vinculado con las emociones, el deseo de compra por un nuevo aroma suele ser tan impulsivo como el que ha experimentado mi amiga. Da igual que tenga otras fragancias, ahora quiere usar esta y solo esta.
Para crear Paradigme, los perfumistas Marie Salamagne, Bruno Jovanovic y Nicolas Bonneville hicieron más de 3000 pruebas y recurrieron a ingredientes como el eterno geranio de los perfumes florales –una nota anclada al imaginario de perfumes femeninos pero que empieza a usarse en los masculinos–; a la bergamota de Calabria y el almizcle, y al bálsamo de perú que le aporta un toque cremoso y amaderado. Precisamente esa nota es perfecta para el otoño, cuando hay una mayor demanda de aromas amaderados por el efecto intimista que tienen.
Como todo lo que hace Prada, este perfume busca generar una conversación olfativa diferente dentro del mercado de las fragancias masculinas (según datos proporcionados por L’Oréal Lujo, 8 de cada 10 hombres sienten que la masculinidad necesita un cambio). Y precisamente en torno a esa idea de hacer los perfumes de hombre de otra manera gira esta fragancia que promete convertirse en básico este otoño. Para todos los públicos.
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