La nostalgia inunda las tendencias de otoño-invierno 2024/2025 y las piezas inspiradas en otras épocas emergen como una oda al pasado desde el presente
Las tendencias de otoño-invierno 2024/2025 llegan con un rótulo luminoso debajo del brazo en el que se lee perfectamente la palabra nostalgia. Si la estética boho era la primera hacer sus pinitos este verano y posicionarse como la tendencia madre de todas las que se conformarían para el otoño, otras más añeja hacía que el viaje temporal fuera más allá de los 70, concretamente a mediados del siglo XX cuando se produjo el auge del New Look y su escapismo intrínseco.
El couturier Christian Dior presento en 1947 su primera colección de Alta Costura bautizada como New Look en la que una silueta hiperfemenina donde la cintura marcada, las faldas Corolle y las partes de arriba de cortes impecables y la gran mayoría de las mujeres sucumbieron de forma paulatina y teniendo en cuenta los medios económicos casi inexistentes –recordemos que era época de posguerra en la que la escasez era la característica principal de las sociedades–. La moda intentaba recuperar el carácter glamuroso y de evasión del que disfrutó durante los felices años 20 y ello se plasmaba también en la ropa. Los años de guerra llegaban a su fin y tocaba remontar –mucho costó esta remontada en España– y la familias más humildes seguían con sus vidas y también se casaban.
Muchos años han sido los años que la inquietud de niña de quien escribe estas palabras se preguntaba el por qué de un traje de novia negro o azul marino de su abuela –las fotos de mediados del siglo XX eran todas en blanco y negro y si en persona a veces es muy complicado distinguir ambos colores, en foto es prácticamente imposible–. En los tiempos que corren la inmensa mayoría de las novias apuestan por el blanco y sus connotaciones para el momento de la boda (las más adelantadas lo tintan a posteriori para darle una nueva vida), pero 60 años atrás no era así, al contrario, muchas mujeres elegían por los colores más oscuros del espectro.
Protección contra la mala suerte, alejar las energías negativas, muchas son las explicaciones que he recibido a lo largo de los años acerca esta elección y la más común –y quizás la más triste de todas por la inmensa realidad que acarreaba– era: en tiempos de hambrunas la elección debía ser, sin lugar a dudas, un traje versátil que pudiese usarse para siempre, es decir, un traje de chaqueta negro y esta temporada será el momento en el que nos arreglemos los de nuestras abuelas para ir a la oficina o para tomar algo con nuestra amigas. Y, cómo no, las marcas de moda más importantes del mundo tienen mucho que contarnos al respecto, ¡qué se lo digan a Miu Miu, por ejemplo!