Ariana Grande ha vivido una temporada de premios de lo más intensa. Anoche, su espectacular gira promocional con Wicked culminó en los Oscar 2025 con el vestido ‘de Glinda’ más dramático de todos estes meses. Nominada en la categoría de mejor actriz de reparto por su interpretación de la icónica Bruja Buena, Grande se metió de lleno en el papel de diva de Hollywood con un voluminoso diseño de la colección de alta costura de primavera-verano 2025 de Schiaparelli.
El look, con peinado y maquillaje de Mimi Cuttrell, se componía de un corpiño ajustado con un elegante peplum, rematado con una vaporosa falda de tul crema, decorada con más de 190.000 cristales. La silueta se inspiró en una lámpara de Alberto Giacometti que el diseñador Daniel Roseberry encontró por casualidad. El elegante look rosa pálido que lució Ariana Grande anoche se mantuvo en línea con el estilo que ha favorecido la actriz durante toda la temporada de estrenos y alfombras rojas: el diseño rosa pálido fue la última gran declaración de method dressing, a la altura de la gran noche del cine.
Más allá de la referencia a Giacometti (con el que, por cierto, colaboró estrechamente la propia Elsa Schiaparelli) otra de las alusiones más reiteradas en la presentación de la colección fue el propio Cristóbal Balenciaga. Cuando se dio a conocer el desfile, la conexión con el modisto vasco fue una constante en redes sociales para el look 3 que incluyó Daniel Roseberry: se trata de un conjunto cuyo peplum en forma de onda traslada directamente a una creación de la colección otoño-invierno 1950-51. Con él fotografió Richard Avedon a Dovima, en una instantánea que ya queda para la historia de la moda. La falda también estaba elaborada en tul, pero el corpiño de Balenciaga incorporaba bordados en color champán, como deja constancia el modelo que conserva el museo MET de Nueva York.