Aun a riesgo de enfurecer a un considerable sector de Internet, debo revelar que, aunque estoy muy al día de la cultura contemporánea, no lo estoy tanto del Taylorverso. Yo también puedo bajar al barro con los embusteros y las trampas sucias de este mundo, pero admito que no estoy al tanto de los inagotables matices del mundo lírico de Taylor ni de las complejidades de La vida de una corista.
Sin embargo, algo en lo que sí estoy versada es en cómo vestirse para una boda y en todos los dilemas sartoriales que ello conlleva. Para quien no lo esté y, por tanto, haya acabado harta de buscar en Internet vestidos midi discretos en tonos neutros, Taylor tiene la solución: un vestido de Oscar de la Renta y un collar de diamantes de 24.000 dólares (solo apto, eso sí, para quienes tengan un presupuesto que les permita el transporte VIP hasta la recepción).
@selenagomez
Revelado a través de un sincero carrusel de Instagram Selena Gomez, la novia de la ocasión, el look de invitada de boda de Taylor era una brillante creación en color champán con apliques de flores, muy de showgirl-meets-flowergirl. La megaestrella mundial aparcó por un día su costumbre de escribir himnos que dividen Internet para acompañar a su Selena, una amiga de toda la vida, en su gran día.
Taylor ha pasado unos días muy ocupados tras lanzar el videoclip de «The Fate of Ophelia» y de que prácticamente la cancelaran por sus comentarios sobre el pan de masa fermentada, pero los Swifites no pueden descansar todavía. Tras su compromiso con Travis Kelce (el post de Instagram en el que lo anuncia se ha convertido en el octavo con más likes de la historia), esperamos impacientes el momento en que diga sí al vestido que llevará en su propia boda.