Juan Lobato, líder del PSOE madrileño, compareció como testigo durante casi dos horas en el Tribunal Supremo en el caso sobre la filtración a los medios de un correo del abogado de Alberto González Amador en el que el letrado ofrece a la Fiscalía un pacto que libre a su cliente de la cárcel a cambio de que este reconozca haber cometido dos delitos fiscales. Lobato había decidido acudir en noviembre a un notario para registrar unos mensajes de WhatsApp que se había cruzado en marzo con Pilar Sánchez Acera, que entonces trabajaba en La Moncloa en el Gabinete del presidente, en los que señalaba que esta le había pasado el correo de la confesión de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y su intento de pacto con la Fiscalía.
El juez, el magistrado de la Sala de lo Penal Ángel Hurtado, preguntó aquel 29 de noviembre de 2024 a Lobato si accedía a entregar su teléfono, y este dijo que sí. El dispositivo se clonó para que el entones dirigente socialista lo recuperase cuanto antes. Lobato entregó también el acta notarial, en la que él preguntaba a Sánchez Acera: “¿Cómo tenemos la carta? Si no, parece que la ha dado la Fiscalía?”, a lo que ella respondió: “Porque llega, la tienen los medios”
Juan Lobato terminó dimitiendo como secretario general del PSOE de Madrid, aunque continúa como diputado autonómico y senador, tras la polémica desatada después de que se supiera que había registrado ante notaria su conversación con la asesora del jefe de Gabinete de Pedro Sánchez.