La falda lencera o el viso que antaño incorporaba una función práctica se elevan como la prenda más sofisticada y atrevida del otoño-invierno 2024/2025
Si eres de la generación Millenial, sabes muy bien de lo que hablamos y si, en cambio, eres de la Generación Z y tus padres –ahora boomers– fueron fruto del baby boom de los 60 puedes corroborarlo fácilmente echando un vistazo al cajón del tocador de tu abuela. Estas palabras son fruto de recuerdo materializados en una abuela española, superviviente a una Guerra Civil y vividora en primera persona de lo que fueron 40 años de dictadura y todo lo que ello acarreaba. Mucho de ello hablaba su estilo y la forma en la que combinaba la ropa: el pintalabios tanto para labios como para las mejillas, la ropa se arregla y nunca se tira, etc. Mucho fue el saber que me (nos) transmitieron nuestras abuelas y ahora es momento de aplicarlo de la forma en la que la Generación Z bien sabemos: con la rebeldía de la que ellas fueron cohibidas y a través del progreso que hoy está en nuestras manos avalar y, sobre todo, afianzar.
La prenda objeto de estudio en estos párrafos es el viso o la ropa interior lencera. Nuestras abuelas ya sabían mucho de layering y además de funcionalidad y practicidad. El viso que llevaban especialmente el siglo pasado –aunque muchas hayan mantenido la costumbre hasta nuesttros días– era una prenda interior que cumplía varias funciones importantes en la vestimenta femenina de la época. Más por razones prácticas que por estéticas, uno de los principales motivos por los que se usaba el viso era para proteger las prendas exteriores (faldas, vestidos o los escasos pantalones) del contacto directo con la piel. Esto ayudaba a mantener la ropa limpia por más tiempo, absorbiendo sudor y evitando que los materiales delicados del vestido se ensuciaran y hubiera que lavarlos de forma más continua. Además, el viso también ayudaba a evitar que se notaran las transparencias, proporcionando una capa extra que garantizaba que no se viera a través del vestido –porque, claro, ¡cómo se iba a insinuar algo por aquel entonces!–.
Es momento de dejar la historia en el pasado y volver a lo que nos interesa, el presente. Los visos se cuentan entre las opciones a la hora de crear los estilismos más sofisticados y, esta vez sí, los más insinuantes y provocativos de las tendencias de otoño-invierno 2024/2025. Estamos ante el regreso del viso en su máximo esplendor con un giro contemporáneo y rebelde. En lugar de esconderse debajo de la ropa, el viso se lleva como una prenda exterior, combinado con americanas o blazers e incluso con jerséis y prendas más relajadas como las zapatillas en tendencia para este otoño-invierno 2024/2025.
Llevar el viso como prenda exterior potencia el contraste entre lo íntimo y lo atrevido, además su combinación con piezas estructuradas o con diferentes texturas difuminan la línea entre lo suave y lo formal. La caída delicada y fluida del viso, generalmente protagonizado por materiales como el satén o la seda, se combina con la seriedad de un jersey de punto o una cazadora de piel de padre. Así, una prenda que nuestras abuelas usaban para mantener la modestia y la discreción, ahora se transforma en una pieza que destaca y expresa seguridad y estilo.