El zapato ‘in-between’ es el calzado feísta (y cómodo) perfecto para el entretiempo
Manolo Blahnik dijo una vez que «los zapatos son la forma más rápida que tienen las mujeres de conseguir una metamorfosis instantánea». Probablemente se refería a los zapatos de tacón de aguja que hicieron famosa a Carrie Bradshaw y restaron 40.000 dólares de su patrimonio. Yo también entiendo el poder transformador de un zapato, y me he convertido en una especie de urraca del calzado a lo largo de los años, espoleada por un glamuroso familiar que me decía que lo bueno de comprarse muchos pares es que «tus pies nunca cambiarán de talla».
Pero aunque es fácil caer en el mundo de fantasía de los So Kates de Louboutin y las sandalias altísimas, no todas podemos ser Zendaya. A veces hay que tener en cuenta la cruda realidad cotidiana, y más concretamente la realidad climatológica de octubre. Afortunadamente, la moda ha adoptado una alternativa más sensata que no exige sacrificar el estilo por la funcionalidad: el zapato in-between.
¿Qué es un zapato ‘in-between’?
Más cerrado que una sandalia de verano, menos caluroso que una bota, el zapato in-between es ideal para cualquiera que sume 10.000 pasos al día pero prefiera patear con algo más elegante que unas zapatillas deportivas. En otras palabras, es ese calzado semiformal que te salva el día, sobre todo en los días de entretiempo.