Empresa en la que el 70% de las directivas son mujeres: 4 medidas diferenciadoras que aplica

Minimalistas y multipremiados son los proyectos de Fran Silvestre Arquitectos (FSA), estudio de arquitectura con sede en Valencia que, en la búsqueda su característica “belleza eficaz”, ha dado forma y función a diseños arquitectónicos tan reconocibles como la aerodinámica Casa del Acantilado, famosa por emerger del paisaje rocoso con elegancia, o la geométrica Casa Sabater, adaptada orgánicamente a la topografía del terreno. Un equipo multidisciplinar, liderado por Fran Silvestre, que basa su excelencia profesional en valores como la innovación, la creatividad y la precisión, pero también en otros más emocionales, como la motivación, la confianza y el compromiso.

Un sistema familiar que funciona

‘Ventaja evolutiva’ es el nombre que le han dado a este modo de trabajar en el que han conseguido crear un segundo núcleo familiar, un espacio seguro en el que no hay que anteponer el trabajo a la familia, ni la familia al trabajo, sino que se respetan los tempos de cada persona. Algo que se refleja en la calidad de sus resultados, pero también en su tipo de liderazgo: el 70% de las directivas son mujeres. Un hecho que ha propiciado, por ejemplo, que también los hombres de la empresa se cojan bajas paternales, así como una mejor cohesión del equipo, capaz de diluir las fronteras entre el disfrute y el trabajo.

“Veo el estudio como un organismo que funciona con todas las personas que componen el equipo actuando conjuntamente. Cada uno de nosotros, con nuestras respectivas identidades, aptitudes y habilidades, formamos un equipo que vive, funciona, actúa y reacciona como una sola unidad, con la aportación de todos de manera simultánea”. Así describe la arquitecta María Masià, directora de Operaciones de FSA y coordinadora de los programas de la Escuela de Postgrado MArch Valencia, esta ‘Ventaja evolutiva’ que “funciona de manera intuitiva, como la propia naturaleza”.

Maternidad y gestión del tiempo

En el ámbito personal, María ha sido madre hace pocos años, por lo que sabe de primera mano la importancia de compaginar su carrera profesional con la maternidad, de la que ha aprendido un valor fundamental, la gestión del tiempo, saber de cuánto dispone y exactamente qué es lo que necesita, para optimizarlo al máximo: “A veces, los trabajos podrían alargarse eternamente y, aun así, quedar incompletos. Por lo tanto, conocer cómo gestionar ese tiempo es vital para uno mismo y para el equipo”. Otra cuestión importante para ella es que no vive la vida distribuida en compartimentos o momentos independientes, sino que considera que todas sus facetas están relacionadas: la familia, las amistades, el trabajo, el ocio, etc. “Me encanta que Martina se enriquezca y crezca rodeada de personas que trabajan en el estudio o que vienen a visitarnos, y también con los alumnos. Esta experiencia me permite entender mejor muchos de los proyectos en los que trabajamos y también a las personas que confían en nosotros y nos encargan un proyecto (ya sea una vivienda, un hotel, un proyecto de interiorismo o cualquier otra experiencia). Y de la misma forma, comprender mejor a las personas del equipo que también son madres y padres”.

Impulsora de este sistema familiar en Fran Silvestre Arquitectos es Ana de Pablo Villalonga, directora del departamento financiero, de administración y RRHH, a la que ser madre de una niña de cinco años le ha dado un nuevo enfoque en lo referido a la gestión y el apoyo a otras personas del equipo que también tienen hijos: “Cuando llegas al trabajo sin pegar ojo en toda la noche ves las cosas de manera diferente. Ha sido y está siendo un reto. Desarrollas un superpoder, una empatía que antes no tenías, y relativizas todo”. Ante la sobreinformación que hay hoy día, a ella le ha ayudado mucho ser fiel a su intuición, al sentido común, escucharse a sí misma y ser paciente. “El desafío es encontrar el equilibrio entre la autoexigencia y la satisfacción. Hay que trabajar en poner límites y llevarlos a cabo de una manera gradual y amable con uno mismo”.

Comunicación, asertividad e inteligencia emocional

Confiesa Ana que para gestionar un equipo tan diverso y global como el de FSA es necesario mantener una mentalidad de crecimiento, siempre abierta a escuchar, aprender y mejorar: “Identificamos los cambios como oportunidades para innovar y optimizar nuestros procesos”. La comunicación y asertividad son fundamentales; también compartir los mismos valores. “Es importante poder ver a todo el equipo, tener una visión de conjunto, y al mismo tiempo a la persona individualmente, para entender mejor la situación sin perder de vista la visión global”.

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