En la desembocadura del río Bidasoa y la bahía de Txingudi, área costera fronteriza que comparten España y Francia, solo pueden pescar los ciudadanos “ribereños”. Es un derecho que “pertenece exclusivamente” a los habitantes de Irún y Hondarribia en la parte española y a los vecinos de Hendaya, Urrugne y Biriatou en el lado francés. Nadie más puede pescar ahí. Y esto es así por un convenio internacional firmado por Francisco Franco Bahamonde en 1959. La orden está publicada en ejemplares envejecidos del Boletín Oficial del Estado y es algo desconocido para la gran mayoría de los pescadores que acostumbran a lanzar sus cañas o faenar en pequeñas motoras por la zona. La Armada española destacada en Hondarribia se ha encargado ahora de desempolvar este añejo convenio y de advertir a los pescadores de que están obligados a cumplirlo.
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