Un helicóptero aterrizó el 5 de julio en la orilla del lago Goter, uno de los más remotos de los Pirineos andorranos. A bordo iban la bioquímica Hannah Benisty, el biólogo Manel Niell y un equipo de periodistas de EL PAÍS. La misión de los científicos es revelar un mundo invisible y desconocido bajo las aguas: sus singulares comunidades de microbios, centinelas de los efectos de la crisis climática. La temperatura media en España ha aumentado 1,3 grados desde 1960. En los Pirineos, el incremento ha sido de 1,6 grados, un 23% más. La andorrana Hannah Benisty, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, dirige el proyecto PyriSentinel, que analizará 300 lagos de alta montaña. “Vamos a hacer visible lo que es invisible”, proclama.
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