Hace años, hacía coincidir los días en que me lavaba el pelo con los de colada, salía de la ducha con el pelo empapado y lo envolvía en una toalla de baño caliente recién salida de la secadora. Pese a que seguía a rajatabla una buena rutina de pelo (o eso creía), el encrespamiento era mi enemigo diario. Para más inri, en la peluquería, mi estilista me dijo que también tenía las puntas abiertas. Yo le enumeré la cantidad de tratamientos capilares fortalecedores que estaba usando –mascarilla reparadora, sérum antiencrespamiento–, pensando que era imposible que estuviera haciendo algo mal… «Bueno, ¿y cómo te secas el pelo?», me preguntó una vez. Cuando le estaba explicando mi método de la toalla caliente, me paró y me dijo que debería probar con una toalla de microfibra.
Quién se iba a imaginar que cambiar la técnica con que te secas el pelo marcaría tanto la diferencia entre una melena bonita… y una estropeada. «Una toalla de microfibra está hecha de pequeñas fibras sintéticas [más finas que un pelo humano]», me cuenta por correo electrónico Rita Hazan, colorista de celebrities y fundadora del salón Rita Hazan. Según la experta, usarla habitualmente ayuda a prevenir la rotura del cabello y reduce la agresión sobre el pelo mojado.
Las toallas de pelo favoritas de Vogue
Shab Caspara, tricóloga de Nueva York y fundadora de la plataforma de venta de productos capilares Leona.co, lo explica así: la estructura suave y fina de la microfibra hace que sea más delicada con las cutículas del cabello, lo que ayuda a reducir la fricción, el encrespamiento y la rotura. Las toallas tradicionales, por el contrario, «tienen más textura y pueden alterar la delicada capa de la cutícula capilar». Caspara explica que ni siquiera secarlo al aire es una buena solución: «Secar el pelo al aire puede llevar muchísimo tiempo, dependiendo del grosor y la porosidad del cabello, e incluso provocar fatiga higroscópica, en la que el pelo se hincha por exceso de humedad», continúa. Además, puede «suceder que la capa superior del cabello se seque más rápido que la inferior, lo que da como resultado una textura desigual cuando todo el pelo está seco».
La primera vez que usé una toalla específica para el pelo, noté mejoras inmediatas en el aspecto y el tacto de mi cabello. Como anunciaron de Caspara y Hazan, con solo cambiar de tipo de toalla y combinarla con mi rutina habitual (champú clarificante seguido de un champú hidratante y acondicionador profundo), noté el pelo más suave y liso. El hecho de que el pelo se secara más rápido fue una ventaja añadida: en lugar de llevarlo goteando por la espalda, todo el exceso de humedad se absorbió rápidamente mientras la toalla se asentaba firmemente sobre mi cabeza. La mayoría de las toallas para el pelo tienen algún tipo de cierre o elástico que las mantiene en su sitio, otro plus que las diferencia de las toallas habituales.
