Envejecimiento digital, el efecto secundario de la sobreexposición a las pantallas
La piel en 2024 envejece de forma muy distinta, entre otras cosas por la sobreexposición digital de la que muy pocos se libran. “Antes de la prevalencia de las pantallas, este proceso estaba sobre todo asociado a factores como la exposición al sol, el estilo de vida y la contaminación ambiental, pero ahora se introduce uno nuevo: la luz azul, capaz de penetrar más profundamente en la piel que los rayos UV y generar más radicales libres, lo que puede resultar un daño más profundo y sostenido a las estructuras de la piel acelerando el envejecimiento de una manera diferente y más insidiosa”, explica la doctora Carmen Górriz, de IMR. Y precisamente esa radiación afecta a todo aquello contra cuya pérdida luchamos cada día, inmersos en dosis extremas de luz azul. Paradoja pura. “Puede generar un estrés oxidativo que daña a las células de la piel, el ADN y las proteínas como el colágeno y elastina”, añade.
El contorno de ojos es una de las zonas más afectadas. Soporta la tensión de 22 músculos y más de 10.000 parpadeos al día. Si a eso sumamos que pasamos una media de 27 años frente a las pantallas, el daño está servido. Uno de los grandes lanzamientos de Chanel de este año se focaliza en eso. “El uso intensivo de pantallas digitales puede provocar un aumento de la fatiga visual, ocasionando que entrecerremos los ojos con más frecuencia. Ello activa ciertos músculos específicos alrededor de los ojos y, cuando se contraen repetidamente, comienzan a formarse marcas de tensión y arrugas en la delicada zona del contorno”, explica el equipo cientíco de la maison, recordando que ese estrés oxidativo del que hablábamos antes perjudica a la función barrera y puede acelerar la progresión de las células hacia la senescencia. Su nuevo Nº1 Sérum Yeux Revitalisant tiene su ya icónico extracto de camelia roja para prevenir ese proceso de envejecimiento, pero con un plus añadido: “El efecto refrescante proporcionado por el crioaplicador giratorio combinado con la textura similar a un gel mejora la microcirculación y ayuda a aliviar la fatiga ocular inducida por la pantalla”, añaden.
La obsesión por vivir más y mejor y por el envejecimiento saludable conviven –de una forma que ya hemos normalizado– con un abuso de pantallas que afecta de forma directa a la longevidad. El doctor Vicente Mera, jefe de medicina interna y antienvejecimiento de Sha Wellness Clinic, recuerda no solo el estilo de vida sedentario asociado a un exceso de pantallas sino la forma en la que esta luz afecta a los ciclos de sueño-vigilia. “Puede ocasionar problemas de disrupción de los ritmos circadianos, tanto en la calidad y cantidad del sueño reparador como en la mayoría de los procesos en los que intervienen hormonas y neurotransmisores”, dice. Todavía es pronto, señala el doctor Manel Esteller, experto mundial en epigenética (el estudio de los cambios de nuestro material genético por factores externos o ambientales) para saber si el uso de dispositivos digitales puede contribuir a alteraciones genéticas, “pero sí podría ser debido a cambios epigenéticos que alteren la expresión de genes del ojo o del cerebro. No obstante, aún faltan datos científicos sólidos que validen esta hipótesis”, afirma.
Pero lo que es evidente es que el uso de dispositivos digitales y la sobreestimulación que provocan a todos los niveles contribuyen a un estilo de vida poco recomendable para envejecer de forma sana. Por ello el otro gran foco en el terreno del cuidado de la piel es el estudio de cómo los hábitos interfieren en nuestros genes en un porcentaje mucho más elevado de lo que pensamos (algunos expertos afirman que el 85% de ellos se modula por la forma en la que se vive). Eucerin, tras una investigación pionera en este campo para aprovechar su potencial en el terreno cosmético, lanza Epigenetic Serum con una tecnología patentada para reactivar esos genes de la juventud silenciados por un estilo de vida poco saludable. “El objetivo no es solo optimizar el funcionamiento de la piel envejecida, sino rejuvenecer sus propias células”, señala Nuria Cuesta, directora médica de la marca.