A la hora de elaborar ese presupuesto, desde Banco Santander nos recomiendan, primero, reflejar los ingresos recurrentes como la nómina y, en el otro, los gastos. Al hacerlo es fácil comprobar cómo hay algunos que se repiten y no cambian la cuantía en el corto plazo (alquiler, hipoteca, suscripciones), y cómo, por el contrario, hay otros que sí pueden hacerlo (facturas, ocio, etc). Es importante no olvidarnos de los gastos hormiga como el café de la mañana que, aunque puedan parecer insignificantes, también tienen su efecto.
Hecho esto, ¿cómo repartir los gastos cada mes? Una buena forma puede ser seguir la regla del 50-30-20: el 50% de los ingresos mensuales se destinan a las necesidades básicas (alquiler o hipoteca, alimentación o suministros), el 30% a gastos personales (caprichos, ocio, viajes) y el 20% restante al ahorro. Otro método es la caja del ocio que consiste en, una vez recibido el salario, meter en una caja la cantidad a gastar en ocio. Si antes de finalizar el mes ese dinero se ha terminado, será el momento de recurrir a actividades gratuitas y, si sobra, se puede guardar como ahorro.
“Todo el mundo puede lograr tener unas finanzas sólidas, vivir sin deudas, tener ahorros y que los ingresos puedan servirte para conseguir ciertas cosas que produzcan un placer”, confiesa la experta. Pero –sorpresa– no todo el mundo puede conseguir lo mismo, ya que vivimos en una sociedad jerárquica en la que unos ganan más que otros. Para eso es importante tener un método y vivir por debajo de las posibilidades: si gano 1.000€ me gasto 900€ y si gano 5.000€ me gasto 4.500€.
Como afirmaba Puig, el beneficio de controlar las cuentas y tener una situación financiera sólida es lograr una mejor calidad de vida. Dentro de esto, para Silvia lo más importante es vivir con tranquilidad. Una paz mental a la que se llega al saber que las cuentas están en orden, existen los ahorros, se llega a fin de mes, etc. Después, ser conscientes de los límites, de lo que no nos podemos gastar.
Ver que lo estamos haciendo bien –reflejado, por ejemplo, en un aumento del ahorro– nos producirá mucha satisfacción. Y ese dinero extra, además, nos ayudará a conseguir otras cosas en la vida que deseamos, como hacer que crezca mediante una inversión, sentirnos protegidos frente a un aprieto o imprevisto, comprarnos una casa, cumplir sueños como montar un negocio, enviar a los hijos a estudiar al extranjero y un largo etcétera.