Esta visión la comparte Nuria Chinchilla, profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones, así como fundadora del International Center for Work & Family (IESE Business School) y de la Iniciativa I-WIL (IESE Women in Leadership), quien enfatiza que en lugar de hablar de cultura del bienestar, deberíamos incidir en ser sostenibles como humanos. Para ella, el reto radica en encontrar talento que tenga las competencias adecuadas y la motivación. “Que tengan claro para qué hacen lo que hacen, porque es ahí donde se pueden crear conexiones interesantes”.
Señala que para que sintamos que estas medidas son reales, necesitamos que los jefes directos se impliquen y sean capaces de aplicarlas. “Hace falta una revolución. La motivación de los líderes para que deje de haber una toxicidad constante y dejemos de tratar a las personas como máquinas. En lugar del bienestar, me gusta hablar del ‘bien ser’”.
Raúl González Miguel es CEO y Cofundador de Ecodicta, plataforma de moda circular, y también advierte de ese cambio de las empresas en sus estrategias hacia la atracción y fidelización del talento externo e interno, y de como el bienestar se ha convertido en el eje central de esa metamorfosis. “Las relaciones laborales del siglo XX, donde estabas toda la vida en una empresa, ha desaparecido, por eso es clave el bienestar del empleado”, y aporta algunos de los imprescindibles para fidelizar ese talento:
Marcas con valores: transparencia de estos valores, compromiso real, aunque a veces impacte sobre la cuenta de resultados, foco en el bien común, una conexión real.
Flexibilidad horaria y de vacaciones, y teletrabajo: no por estar atornillado a la silla 8 horas estás más comprometido con la empresa.
Toma de decisiones en horizontal: el talento quiere ser escuchado y que su opinión sea tenida en cuenta, y las jerarquías se minimizan.
Foco en bienestar, sostenibilidad, salud mental, diversidad e inclusión, autonomía y confianza.
Transparencia y comunicación abierta: todo el mundo quiere progresar, y definir como hacerlo y que sea real, es lo que se reclama.
Innovación constante y cultura de cambio: necesitamos estar motivados, y en un mundo cambiante, una cultura empresarial abierta, atrae el talento que quiere hacer cosas diferentes.