Hace 4 años que La M.O.D.A. no publicaban disco. Fueron primero dos años de gira y luego algo más de un año de obligado descanso hasta que retomaron la composición de lo que ha terminado siendo ‘San Felices’. Fichados por una multinacional por primera vez, Universal, el grupo va a exprimir al máximo la inmediatez de unas canciones que ya habían resonado entre cientos de miles de personas.
Hablo con Jose (acordeón, tercero por la izquierda) y Nacho (guitarra, segundo por la izquierda) sobre el proceso creativo, sobre aquel día en que temieron que el grupo no siguiera adelante durante la pandemia y también sobre el escándalo WeGow. La M.O.D.A. han vendido miles de entradas para su próxima gira, cuyo dinero no van a ver en años debido al cierre de la compañía.
¿Cómo ha sido vuestra vida al margen del grupo este tiempo de parón?
Nacho: Hemos aprovechado para hacer las cosas que llevábamos años sin poder hacer, como ir a cumpleaños de familiares, volver a ver a los amigos. ¡Ya no tienes excusa para no ir a las bodas! (risas)
Jose: Hacer los viajes que no puedes hacer nunca porque siempre estás viajando con el grupo… Y sobre todo, en este tiempo hemos aprendido a valorar lo que hemos hecho con el grupo. Cuando estás muy metido en una gira, cada día en un sitio, no te das cuenta.
¿Os gusta la vida de carretera, la habéis echado de menos?
Jose: Sí, sí, lo que nos gusta es estar en la carretera. Pero también hemos disfrutado de dejar de estar a contracorriente. Mis amigos quedan los fines de semana, y yo nunca podía ir porque siempre tocábamos. Aunque nos encanta lo que hacemos y para nosotros es un milagro vivir de la música tocando el acordeón, el clarinete, el saxofón…
¿Creéis que el parón se refleja para bien en el disco?
Nacho: Yo creo que sí, al tener un poco más de tiempo. Siempre hacíamos los discos entre giras. Tocábamos el fin de semana e íbamos el lunes al local a hacer canciones. Y yo creo que se nota que ahora estamos más relajados, más a gusto, hemos disfrutado más del proceso de estar en el local y echar horas. No teníamos prisa ni nadie que nos pusiera ningún calendario. Y yo creo que se nota, el disco es un poco más vitalista. Tanto en las letras como en la música, sí hay un poco más de luminosidad.
El disco se llama ‘San Felices’. ¿Por qué un grupo manifiesta esta felicidad en un momento tan truculento de la historia?
Jose: Es el momento en el que estamos nosotros a nivel personal. Hemos cogido perspectiva para decir «joder, ¡he tocado en Colombia! ¡Guau, es brutal!”. Valoras las cosas mucho más y hemos recargado las pilas a saco. Tenemos la ilusión totalmente recargada. Es como que estamos sacando nuestro primer disco otra vez.
«Es un milagro, tocando el acordeón, el clarinete, el saxofón… vivir de la música»
Hace unos meses me encontré con Luis Fernández de Universal y me dijo: «quiero fichar a La M.O.D.A.» ¿Cómo ha sido para vosotros el fichaje tras toda una vida a vuestro rollo?
Jose: El paso no ha sido para nada una locura, ha sido bastante fácil. Hubo una propuesta por parte de Luis y Miguel de Universal. Ellos ya sabían a quién estaban fichando porque llevamos 14 o 15 años tocando. Siempre hemos hecho las cosas a nuestra manera y hay un respeto por las dos partes tanto en lo musical como en lo extramusical. No hay imposiciones ni movidas, y la verdad que de momento estamos muy contentos. Es muy natural, no hay nada raro.
¿Qué espera cada parte?
Nacho: Ellos no lo sé. Bueno, igual fichar a una banda. Porque antes no había tantas bandas. Ahora yo creo que eso está empezando a cambiar. Y nosotros, una mano. Muchas veces nos pasamos muchas horas haciendo cosas que no son tocar ni componer. Y hay veces que pesa porque, joder, hemos quedado para ensayar y solo de las cosas que tenemos que decidir y hablar, no hemos podido hacer nada más. Llevamos así 14 años y pesa porque hay cosas aburridas y nosotros… ¡es que tenemos que tocar!
¿Qué es tan aburrido?
Nacho: Gestión. Gestión y oficina, que seguimos haciéndola. Antes se nos ocurrían cosas que no podíamos hacer, esperamos que nos las faciliten o nos ayuden.
Cuando entrevistaba a Vetusta Morla o a Amaral cuando volvían a Sony, siempre salía el tema de ir más a Latinoamérica. Parece que hay muy poca ambición por exportar en España…
Jose: A nosotros nos encantaría ir más para allá, pero lógicamente si quieres crecer allí, tienes que hacer vida allí, no es cuestión de fichar por una multi y decir «quiero crecer allí, pero no quiero tocar allí». Tienes que hacer vida allí.
¿Te refieres a que ya tenéis hijos, etcétera?
Jose: Es un factor, claro. Nosotros encantados de ir, pero también te digo que es duro. Hemos ido, vamos a ir y seguiremos yendo, pero no es tan fácil.
Nacho: Igual nos ayudan con algo de logística, ¿no? Hemos viajado a veces cada uno con 10 vinilos en nuestra maleta. Igual nos ayudan a sacarlo allí. Cosas de infraestructuras.
Estrictamente en lo artístico, ¿qué significa este disco para La M.O.D.A.?
Nacho: Yo diría que es el mejor momento que hemos vivido. En la pandemia nos dimos cuenta que todo podía desaparecer, y creo que nos dimos cuenta de lo que teníamos. Se nota que es más luminoso, que estamos más tranquilos, y luego también que es el resultado de todos los discos y la experiencia anteriores. Más lo que ha añadido Carlos Raya, que la verdad es que ha sido un lujo, un control absoluto de la producción de las canciones. Teníamos ganas como de hacer un disco más grande, de poder tocar todo, de ir un poco menos a la letra, y de tocarlo en directo también.
«En pandemia sentimos que el oficio desaparecía»
¿El momento más bajo del grupo ha sido la pandemia?
Jose: Nuestro trabajo no se podía hacer, igual que muchos otros. Pero yo por lo menos sí que tuve miedo de que no se pudiera volver a hacer. Sentí que nuestro oficio desaparecía. Pero creo que luego nos vino bien, dentro de que fue duro porque tenemos mucha gente que trabaja con nosotros, muchos técnicos, y era mucha responsabilidad también. De hecho, en cuanto se pudo volver, volvimos. En el formato que fuera. Hicimos ocho Rivieras en cuatro días para poder tocar y que la gente tuviera ingresos y nosotros también. Es que se iba el grupo… Pero bueno, le pasó a todo el sector. Y yo creo que nos hizo valorarlo después.
¿No os da vértigo toda esta locura de 8 Rivieras, 4 Wizinks, nosecuántos Bernabéus? ¿No es una presión para cuando el buen momento se acabe?
Jose: Sí, o sea, nosotros… con que venga mucha gente a vernos, pues genial. Pero sí que ha pasado algo. Está pasando algo. Venimos de un año de parón y de repente vemos que ha cambiado todo muchísimo. Decimos: «joder, pero si ahora todo el mundo toca en el Movistar Arena, todo el mundo hace Rivieras a cascoporro». Nosotros estamos un poco al margen y tampoco estamos volviéndonos locos, venimos haciendo seis Rivieras. Igual podíamos haber hecho el WiZink, pero nos gustan las salas. Sí que vemos que los tiempos han cambiado, y todavía no hemos aterrizado muy bien… Está todo rarísimo y no sabemos muy bien qué ha pasado.
¿Qué creéis que ha cambiado?
Nacho: A veces lo hablamos. Yo creo que tiene que ver con la cultura de los festivales. La gente empezó a ir a festivales como una manera de ocio diferente. Y eso ahora se ha trasladado a los eventos más grandes, porque es verdad que luego, también seamos sinceros, las salas pequeñas no están llenas todos los días. Y eso igual también hay que reivindicarlo. Que en invierno y en las salas pequeñas hace mucho frío y los grupos no tienen tantos sitios donde tocar. Pero es verdad que ahora hay más gente yendo a conciertos y yo creo que eso es de celebrar. No sabemos si esto forma parte de una burbuja, pero también surgen grupos jóvenes y gente haciendo cosas interesantes y llenan. Yo creo que es un buen momento para la música en directo y viene arrastrado de los festivales.
Entre el inesperado éxito de Alcalá Norte, la barbaridad que han vendido Viva Suecia, el subidón de Sanguijuelas del Guadiana sí que hay también más grupos como decíais antes, ¿verdad?
Nacho: A mí me alegra mucho porque los grupos es con lo que hemos crecido nosotros también. Más que artistas en solitario, que igual también, pero menos. Yo creo que es todo muy cíclico. Ahora estamos en este momento pero hace unos años en la radio solo sonaban artistas en solitario, como Alejandro Sanz o David Bisbal. Y ahora como que los grupos están cogiendo más fuerza. De repente, hay un algo tan masivo como OT, y los artistas en solitario cogen fuerza y salen figuras nuevas. Luego desaparece eso y las bandas vuelven a surgir. Es como cíclico.
¿En algún momento os habéis visto como muy outsiders, entre el trap, lo latino, el bedroom pop?
Nacho: Yo en su momento con la pandemia sí que tuve miedo. Por lo menos de cómo hemos aprendido a hacer música, que es juntos en un local. Eso no se podía hacer. Entonces sí que decíamos que a lo mejor el futuro cambia porque ya no hay eso o en una sala no se puede tocar. Sentíamos que los conciertos de punk que hemos ido a ver, a lo mejor no volvían a aparecer. Sobre ser outsiders, desde el primer momento nos sentíamos un poco así porque tocamos el acordeón o el banjo. Eso siempre nos ha hecho ir a lo nuestro. Nos aceptaban aquí y allí, en festivales indies o de rock, salas si la gente viene… pero no nos hemos sentido parte de una escena tampoco.
Jose: Tocando la acordeón o el clarinete, ya automáticamente te ves fuera de todos los lados. Pero al final vas un poco donde el público te demanda.
En el neo-folclore tampoco os veíais, ¿verdad?
Jose: Es que es una propuesta muy rara la nuestra. Para nosotros es un milagro, macho.
¿Qué música os gusta a vosotros aparte de la que hacéis?
Jose: Con el tiempo vas aprendiendo a que te guste todo. A mí me gustaba el punk americano o el hardcore americano. ¡Y toco el acordeón! Entonces era como totalmente antagónico, ¿no? Al final escuchas de todo, realmente.
Nacho: Carlos Ares yo creo que es algo que hemos escuchado recientemente casi todos. Y Carlos es un ejemplo que mezcla de todo, cosas muy orgánicas con cosas electrónicas, produce muy moderno…
Jose: Nosotros también hemos pasado de trabajar con Santi García a Steve Albini en Chicago y luego el disco siguiente lo hicimos con Refree, que era una locura de mezcla.
Habladme de la producción de este disco. ¿De qué estáis más orgullosos?
Nacho: Hemos trabajado mucho antes de ir con Carlos Raya. Hemos trabajado el disco más meses que nunca. Lo teníamos bastante enfocado, pero luego Carlos lo ha hecho mucho más grande. Tiene esa capacidad de hacer las canciones como grandes. Controla el sonido a un nivel de locos. Es muy bestia cómo hila con cada cosa que graba, buscando el mejor sonido posible. Yo creo que no he conocido a nadie con tanto conocimiento, además. Ya no solo tanta obsesión sino tanto conocimiento. Y luego ha habido canciones que sí que ha propuesto muchos cambios, como ‘La vida en rosa’. El arreglo de cuerdas es suyo y yo creo que ha sido bastante diferenciador. La finura en cada sonido…
Ese arreglo es un poco ‘Whatever’ de Oasis.
Nacho: Sí es verdad que tenemos como varias canciones que han ido hacia ese sitio, que nos gusta también. Y sí, luego las guitarras suenan muy grandes, la batería… cosas que a lo mejor no habíamos conseguido que sonaran así hasta ahora. Toda la parte folk suena muy bien. Ha sido todo muy de tocar juntos.
¿Veis el disco tan alegre? ¿Cuál sería vuestra canción favorita?
Nacho: Aunque es menos nostálgico que otros, menos pesimista, al final hay letras de todo. Hay nostalgia de tiempos que fueron mejores y no lo sabíamos. ‘Días difíciles’ me está emocionando estos días cuando nos la ponen durante la promo. Lo cual es difícil después de haberle dado tantas vueltas.
Jose: Yo te diría ‘Desde Marte’, porque quizá no abordamos nunca las letras así.
«Nos han robado el dinero pero no la ilusión»
Finalmente, no puedo eludir la pregunta: ¿os habéis recuperado del tema de WeGow?
Jose: No, la verdad es que estamos jodidos, aunque nos ves aquí bien… Nos han robado el dinero pero no la ilusión. Estamos un poco a ver qué pasa, se supone que ahora les ha comprado una empresa…
Nacho: Como un fondo cultural de Granada. Estamos a la espera, no sabemos mucho, la verdad. Es como que parece que sí que hay una luz ahí al final del túnel. Pero está muy lejos. La vemos lejos. Hay días que se acerca y al día siguiente se vuelve a alejar.
La situación es que habéis vendido unas entradas de la gira, pero no tenéis el dinero, ¿no?
Jose: Eso es. Vamos a dar los conciertos y vamos a ir con el mismo despliegue que pensábamos llevar antes de que pasara esto asumiendo todas las consecuencias que supone, pero bueno.
Entiendo que recuperaréis la pasta algún día.
Nacho: Esto puede ser un proceso larguísimo, en cien mil plazos.
Jose: Somos el grupo más afectado. Puede ir para bastantes años. O sea, que no es en plan de «te devuelven la pasta el año que viene». No sabemos muy bien.