Escribir cartas está de moda: la tendencia entre adolescentes que recomiendan los psicólogos
Mi hija acaba de cumplir 15 años rodeada de cartas de amigas. Algunas sencillas metidas en sobres de colores y otras con algo más de parafernalia (pero igual de emotivas) en cajas de cartón llenas de confeti y purpurina con algún que otro regalo personalizado. Y las más creativas, hasta acompañas de un photo dump. Todas le hicieron llorar porque decía que se “sentía muy querida” y valoraba mucho el esfuerzo que habían hecho sus amigas. Al fin y al cabo, en la era de las redes sociales, la inmediatez y la hiperconexión, tomarse el tiempo de escribir una carta de puño y letra se agradece mucho. Aunque podría parecer un hecho en petit comité, basta con hablar con profesores y otras madres de adolescentes, y recurrir a TikTok –el nuevo unboxing es abrir cajas de cumpleaños repletas de cartas de personas que te quieren– para confirmar que hacerlo es tendencia. Y un fenómeno que nos hace muy felices a los padres: un regreso a los orígenes con muchos beneficios mentales y emocionales, no todo iba a ser TikTok. E incita un interesante debate sobre una práctica que es muy recomendable para niños, adolescentes y adultos. “Me parece un tema fascinante y puede verse desde una perspectiva psicológica muy rica. El hecho de que los adolescentes se escriban cartas por los cumpleaños es una tendencia preciosa y muy significativa a muchos niveles”, adelanta la psicóloga Pilar Guerra Escudero. Hablamos con ella y con otros expertos de todos los beneficios que tiene esta tendencia y de por qué puede ser la nueva herramienta wellness en 2025.
Trabaja el refuerzo positivo y favorece la autoestima de quien recibe la carta
Decir a otra persona que la quieres o recordarle las cosas que te gustan de ella es un ejercicio poderoso tanto para quien recibe las palabras bonitas como para quien las pronuncia. Y escribir estas cartas es otra manera de trabajar el refuerzo positivo, señala Guerra. “A través de la escritura, se valida y se reitera la importancia de la relación entre las personas. Es un refuerzo emocional que ayuda a los adolescentes a sentirse queridos y valorados. Este tipo de refuerzos son fundamentales en el desarrollo emocional, ya que ayudan a construir una autoestima saludable. El hecho de dedicar tiempo a escribir, de pensar en las cualidades y características que nos hacen valorar a otra persona, también promueve la empatía, así como el vínculo afectivo y de amistad”, apunta.
Leer esas cartas ayuda en momentos difíciles
La felicidad que proporciona leer una carta no tiene por qué ser algo efímero. De hecho, Matteo Mazzucato, psicólogo portavoz de Unobravo en España, no solo recalca el sentimiento de validación emocional y pertenencia social que se experimenta al leerla, sino también sus beneficios posteriores. “Encontrarse con el propio ‘yo’ narrado en un texto escrito puede además permitir adquirir una nueva perspectiva de sí mismo como ‘alguien importante’ para otra persona y reforzar una identidad social propia en la interacción con otro significativo. Además, estas palabras suelen ser atesoradas, y releerlas en momentos de duda o dificultad puede funcionar como un ancla emocional que recuerda a la persona su importancia en las relaciones significativas”.
Ayuda a trabajar las emociones
María del Carmen Novillo, profesora de primaria del colegio La-Salle La Paloma, confirma que a nivel educativo escribir cartas es una práctica habitual “porque ayuda en muchos ámbitos de nuestro día a día: desde ayudar a los niños a pedir perdón hasta despedirnos de algún profesor de prácticas o algún compañero que se va. Es una manera de plasmar algo que sienten y que, o bien les cuesta expresar o les da vergüenza, o no se atreven. Es una herramienta de comunicación que les ayuda mucho en su desarrollo emocional y social”, explica. Y recuerda todo lo bueno que tiene poner nombre a las emociones: “Están poniendo palabras a los sentimientos y emociones que hay en su interior, algo que es esencial en esta edad, ya que expresar sentimientos nos ayuda a conocernos mejor, saber cómo somos, lo que sentimos, saber abrirnos a los demás”, concluye.
Escribir ayuda a estar presente (y en calma)
Que insistamos en que está práctica debería ser imitada por los adultos tiene que ver también con los beneficios que aporta a la persona que la escribe. De la misma manera que el journaling o tener un diario de agradecimiento se han puesto de moda como herramientas para encontrar la calma, escribir cartas a otras personas es el mejor antídoto contra el estrés. “En un mundo dominado por la inmediatez digital, escribir una carta es un acto que simboliza un esfuerzo consciente de saber estar en un ‘aquí y ahora’, donde se cuida la relación con el otro. Este proceso ayuda, de hecho, a desarrollar habilidades como la empatía, la gratitud y el fortalecimiento de los lazos sociales, todas fundamentales para el bienestar a largo plazo”, señala el experto de Unobravo.
Es otra manera de trabajar el agradecimiento
Ya hemos hablado de la gratitud en otros momentos. “Reduce estrés, mejora el sueño, refuerza el sistema inmune y la digestión. Un corazón agradecido es esencial para la salud”, afirma el doctor Mark Hyman vía Instagram. Y escribir cartas es otra manera de trabajar el agradecimiento. “Tiene un gran potencial como herramienta para el bienestar. Muchas veces, en la vida adulta, estamos tan atrapados en la rutina, el estrés y la prisa que nos olvidamos de tomarnos un momento para hacer un ejercicio consciente de aprecio por los demás. Escribir cartas, aunque sea en ocasiones especiales, podría ser una forma poderosa de nutrir nuestras relaciones y de recordarnos a nosotros mismos lo importante que son las personas a nuestro alrededor. Tomarnos el tiempo para escribir una carta es una forma excelente de cuidar el bienestar propio y ajeno en un mundo que a menudo nos empuja a hacer todo deprisa”, señala Guerra. A lo que Sara Ribelles, psicóloga en Mentelem, añade: “El reconocimiento a los demás tiene un gran impacto en nuestro bienestar emocional. Practicar la gratitud incrementa los niveles de bienestar y disminuye síntomas de ansiedad y depresión. Además, escribir sobre aquello que apreciamos en otra persona nos permite tomar consciencia de lo bueno en nuestras vidas”.
Ayuda a bajar revoluciones
En un mundo estimulado y acelerado por las redes sociales (y más en una etapa vital de transformación como la adolescencia) sentarse a escribir tiene un impacto tremendamente positivo. Tanto en esta etapa como en la edad adulta, es una manera de evadirse del ‘chute barato de dopamina’ que ocasionan las redes sociales. “Es un ejemplo claro de cómo un acto sencillo puede tener un gran impacto psicológico y emocional. No se trata solo de algo bonito, sino de una herramienta de conexión profunda, de cuidado emocional y de refuerzo positivo que puede nutrir nuestras relaciones. Como adultos, no solo podemos copiar esta práctica, sino que podemos adaptarla para cuidar nuestro bienestar y nuestras relaciones más cercanas. Puede ser un recurso valioso para poner freno a la velocidad del mundo digital y acercarnos más a nuestros seres queridos”, señala Guerra.
Se pueden escribir cartas que no se llegan a mandar
Cuando le preguntamos a Ribelles por los beneficios que puede tener en la vida adulta escribir cartas, propone otro ejercicio reconfortante. “Como en muchas otras ocasiones, los mayores también tenemos mucho que aprender de nuestros jóvenes. Escribir nos puede permitir comunicar de forma reflexiva lo que a veces resulta difícil decir a la cara. Además, también es posible escribir cartas aunque no las enviemos nunca, nos permite liberar emociones retenidas y cerrar alguna etapa pendiente”.
Sirve para reflexionar sobre uno mismo
No siempre resulta fácil encontrarse con uno mismo y el ritmo de vida acelerado no favorece para nada ese encuentro. Sin embargo, escribir una carta es otra manera de reflexión, no solo sobre el destinatario, sino sobre uno mismo. “Dedicar tiempo a reflexionar sobre lo que apreciamos en otra persona favorece la escucha de uno mismo y la compartición de emociones en la relación con el otro. Poder escribir sobre los aspectos positivos de la relación también permite a la persona reafirmar su lugar en ese vínculo. Esto refuerza la percepción de formar parte de una red de apoyo emocional, lo cual es crucial para el desarrollo de una identidad desde una perspectiva de salud psicológica durante la adolescencia”, señala Matteo Mazzucato.