La novia llevó un diseño hecho a medida de La huerta studio. “Eva, la diseñadora de la marca es amiga mía. Yo tenía muy claro que quería casarme de rosa y corto. Juntas hicimos el diseño y fue mi vestido soñado”, confiesa Gala. Combinó el estilismo con unas sandalias de Lola Cruz que ella misma customizó. “También llevé unos pendientes de Swarovski, un anillo de Simuero y un colgante de un diamante que me regalaron mis amigas”, confiesa la novia. “No llevábamos ningún accesorio especial. Como mucho nuestras gafas favoritas que llevamos en nuestro día a día”, añade.
Otra decisión poco tradicional que tomó Gala para el día de su boda fue la de no llevar ramo de novia. “Como mi look era bastante atrevido y llevaba un lazo grande a modo de cola, decidí no llevar ramo. Me daba la sensación de que el look iba a quedar muy recargado”, confiesa.
Una boda organizada en menos de tres meses
Tal y como cuentan Gala y Xavier, los protagonistas de esta historia, no hubo una pedida de mano como tal. “Es algo que siempre hemos hablado y tomamos la decisión 3 meses antes, en una conversación en un viaje a Lanzarote”, comentan. “No somos especialmente románticos, pero sí nos gustan las cosas bien hechas y con gusto, así que organizamos una boda que nos representara al 100 %: sencilla, sin complicaciones y fiel a nuestro estilo. Fue un “pensado y hecho”, optamos por una ceremonia civil e íntima, sin formalismos innecesarios ni grandes preparativos, pero con el cariño y la autenticidad que queríamos para celebrar nuestro compromiso”, añaden.
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