Colágeno: por qué lo necesitamos tanto
Del hype por el colágeno hemos hablado largo y tendido. No en vano fue una de las palabras más buscadas en Google en 2022. No es de extrañar: es la proteína más abundante de nuestro cuerpo y su pérdida afecta de forma visible (muy visible) a la piel. Para no quedaros solo en afirmaciones superlativas, daremos algunos datos que nos proporcionan desde el equipo de la marca Vichy: el colágeno representa el 70% del peso seco de la piel lo que significa, por ejemplo, que en una persona de unos 80 kilos, unos 4 kilos de ese peso sean sólo colágeno. Puede que por eso se entienda la obsesión por mantener sus reservas casi intactas mediante prevención –a partir de los 25 años se pierde casi un 1%– y con estimulaciones varias (es el gran foco de la medicina estética) cuando la pérdida se ha hecho evidente.
“El colágeno presente en nuestra piel es el resultado de un equilibrio entre la síntesis y la degradación. Con el paso del tiempo, las células encargadas de la síntesis de colágeno reducen su actividad. Por otro lado, existen múltiples factores que impactan, acelerando su degradación como son los factores ambientales como el sol, el estilo de vida como la dieta o el estrés y también las hormonas, especialmente en las mujeres durante la menopausia”, nos explica Mercedes Abarquero Cerezo, farmacéutica y responsable de proyectos científicos de L’Oréal Dermatological Beauty España. Y añade una explicación sobre cómo se produce esa pérdida, que no es tan dramática como podríamos pensar. “Nuestro organismo es un sistema en equilibrio, en el caso del colágeno se degrada colágeno y se forma colágeno de forma continua. Cualquier desequilibrio en la cantidad producida o la calidad del mismo hacen que, como es en el caso del envejecimiento, comencemos a notar los cambios. Hablamos de los 25 años, pero realmente es importante tener en cuenta que los hábitos pueden hacer que se acelere y que el desequilibrio aparezca antes”, explica la experta.
5 signos evidentes
Aunque las estadísticas hablan de pérdida a partir de los 25 años, no hay nada matemático al respecto. Pero si es cierto, explica Abarquero, que esa menor cantidad de diferentes tipos de colágeno en el piel (hay 16) produce cambios en la “estructura interna y alteración en su organización, lo que genera que visiblemente podamos ver cómo la piel pierde firmeza y las arrugas se marquen”, afirma. Entre las señales más evidentes de que esa pérdida ha comenzado, la experta enumera:
- Sequedad y deshidratación.
- Líneas de expresión más evidentes e, incluso, arrugas más marcadas.
- Cambios en los volúmenes.
- Descolgamiento y pérdida de firmeza.
- Falta de elasticidad ya que “la piel junto con el colágeno pierde otras fibras elásticas”.
La pérdida de colágeno en la menopausia
Abarquero confirma que las variaciones hormonales tienen impacto en el organismo y también en la piel. De hecho, “los estudios muestran cómo los 5 primeros años de la menopausia se produce un descenso de hasta el 30% del colágeno y también se puede ver que durante los 15 años siguientes el descenso es mayor que a edades tempranas con una reducción del 2% del colágeno”, concluye.
Cómo ralentizar la pérdida de colágeno
Mercedes Abarquero Cerezo es tajante: el proceso no se puede evitar, pero sí ralentizar. Y recuerda algunas buenas praxis: