No decimos nada nuevo si a estas alturas de la película nos referimos al vestido amarillo como uno de los favoritos absolutos de la moda hoy en día. Este tono ya se coló entre las tendencias cromáticas de la primavera verano 2024 de mano de colecciones como de Erdem o Molly Goddard por motivos obvios. Su viveza es una de sus principales bazas a la hora de resaltar un buen bronceado, aunque quizá este verano la novedad pasa por su matiz más suave, un amarillo mantequilla que lo ha teñido todo, desde la manicura hasta la ropa.
Aquí estamos desgranando tanto los desfiles como el street style de las semanas de la moda, y estos días nos hemos fijado en que hay un look en particular que parece destacar entre las invitadas a las presentaciones de Alta Costura. El vestido amarillo es precisamente ese motivo reiterativo de las imágenes. Especialmente en su declinación palabra de honor: lo hemos visto en un tono mostaza más apagado, combinado con bailarinas blancas y gafas oscuras. También en un amarillo más pálido, con los bajos plisados, maridado con sandalias y un clutch dosmilero en verde aguamarina.
Raimonda Kulikauskiene/Getty Images
Claudio Lavenia/Getty Images
Las asistentes a los desfiles están dejando claro que la pauta puede adaptarse a cualquier estilo, desde el más informal al más ladylike. Así vimos otro de los estilismos en los que se unían el amarillo y el negro para un look romántico. Al vestido de cuerpo encorsetado se le añadía un abrigo a tono y unos mules negros con lazada, a juego con el cinturón y el bolso.
Edward Berthelot/Getty Images