La serie se desarrolló originalmente como mobiliario para el evento Radical Animism, una colaboración efímera con el colectivo gastronómico Fondo Supper Club, conocido por sus cenas experimentales donde el arte, la comida y la escenografía se entrelazan como una única experiencia sensorial. “Nos obsesionó una fotografía que teníamos en el móvil de una planta que vimos en México que nos había gustado muchísimo y empezamos a hacer dibujos. A partir de esos bocetos tuvimos la idea de disfrazar unas sillas y empezamos un proceso de prueba y error. Lo que nos impulsó a desarrollar toda la colección fue la propuesta de las chicas de Fondo Supper Club; necesitábamos crear 30 asientos y las sillas se convirtieron en protagonistas de la acción”, explican sobre el germen de su colección más aclamada hasta la fecha. “Queríamos probar una forma de tapizado que no respondiera a criterios funcionales ni técnicos, sino que partiera del gesto: cubrir, disfrazar, suavizar. Empezamos utilizando tubos de acero como estructura básica y desarrollamos fundas acolchadas cosidas a mano con pinchos de tela que transformaban las piezas en otra cosa. No sabíamos muy bien en qué –quizá en muebles, quizá en criaturas–, y justamente ahí estaba la fuerza del proyecto”, añaden, desgranando el proceso creativo.
La colección fue presentada a posteriori en Alcova Milano 2025 y fue, también, el proyecto gracias al cual consiguieron una residencia artística en Domaine de Boisbuchet,el pasado mes de junio: “Es un espacio de residencias y diferentes eventos culturales enfocado en el diseño, la arquitectura y el arte que ha montado el fundador del Vitra Museum. Nosotros estamos desarrollando un proyecto enfocado en la lana, investigando los procesos tradicionales del material, así como nuevas formas de trabajar con él”.